Clientes. Elige a quien quieres que te elija

Hay un elemento de la Estrategia Personal a la que reconozco que no he dado demasiada importancia hasta hace poco. Me refiero a la selección de clientes, a establecer un perfil ideal de aquellos con los que quieres relacionarte y hacer negocios.

Debo decir en mi descargo y en el de otros como yo, a quienes les ha ocurrido lo mismo, que hay momentos, especialmente cuando empiezas un proyecto profesional o empresarial, que vas a decir que sí a todo lo que se mueve.

Esto ocurre tanto en lo personal como en lo profesional. Lo que ocurre es que, una de las cosas que debes ir mejorando poco a poco es tu capacidad de decidir con quién quieres relacionarte.

También debo decir que jamás he tenido un problema con ninguna de las personas con las que he trabajado. Sin embargo, poco a poco te vas dando cuenta de que hay gente con la que te sientes más cómodo.

Si no eliges con quién quieres trabajar, perderás opciones

Puede parecer contradictorio, pero he comprobado que cuando no haces una selección de tu mercado porque piensas que es mejor ir a todo lo que se mueva, vas a perder oportunidades.

Al no centrarte en los problemas y en las posibilidades de mejora concreta de un nicho de mercado, vas a parecer un generalista, alguien que no es capaz de entender lo que realmente preocupa a quien te puede necesitar.

Si conoces bien las necesidades y deseos de un grupo de personas concreto, tu valor percibido va a ser mayor y tu credibilidad va a aumentar.

Eso se aplica a clientes (si eres profesional libre) o a empresas (si eres profesional por cuenta ajena). Se trata de hacer lo posible para que tu pieza del puzle encaje con las suyas.

Saber a quién te diriges mejora tu eficacia

Cuando analizo la información y documentación acumulada durante años me doy cuenta que podría crear contenidos casi de cualquier cosa. De hecho, hay temas muy interesantes de los que he acumulado gigas y gigas de información pero que me desviarían mucho de mi objetivo si me centrase en ellos.


Al saber «para quién trabajas» vas a poder tomar decisiones mucho más rápidas y eficaces. Cuando no tienes un enfoque claro de tu trabajo como coach, consultor, formador, autónomo, buscador de empleo o mando intermedio, no vas a saber lo que te falta por aprender, a quién debes conocer o donde debes hacerte visible.

Ir a un evento de Networking de gente que jamás va a estar interesada en lo que haces sólo te va a hacer perder unas cuantas horas preciosas de tu vida.

Escribir a lo loco en un blog o publicar contenidos «random» en una red social sólo para conseguir tráfico de gente que nunca va a contratarte o pagarte por lo que hagas es una pérdida terrible de recursos.

Trabajar con quien te gusta es motivador

Ya te digo que cualquiera que pone en marcha un proyecto propio va a tener que pasar una etapa de «trabajos alimenticios», de los que te permiten pagar facturas y mantener la persiana levantada unas semanas más.

El problema es que, durante ese periodo vas a tener que aguantar a personas y empresas que te van a poner de los nervios. Creo que ese tipo de cosas es más desmotivador que la falta de ingresos.

Sin embargo, cuando consigues conectar con quienes estableces una buena conexión y con los que tienes un buen intercambio profesional, tu motivación se dispara.

Creo que cualquier profesional debería luchar cada día por encontrar lo que le gusta y hacer lo posible para ganarse la vida con ello. Quizás no lo consiga nunca, pero podrá acercarse. Y por otra parte, la vida es muy corta como para que eso con lo que disfrutas lo fastidies relacionándote con quienes no lo aprecian.

Por todo esto, y aunque no le he dado mucha importancia hasta ahora, creo que eso de establecer un perfil de tu cliente ideal es una pieza fundamental para que tus proyectos salgan adelante y, aún más importante, para que mantengas la ilusión por tus proyectos.





Compartir esta publicacion