Atrapado por tu Marca Personal

Marca«Tu antes no eras así», «Has cambiado», «Quién te ha visto y quién te ve», «No me esperaba eso de ti», «Con lo que tu has sido…».

Seguro que más de una vez te han dicho o has dicho algo parecido. Cuando eso sucede es que te han etiquetado de una manera y, por alguna razón, alguien detecta que esa percepción no encaja con lo que «tu eres».

Esto ha ocurrido toda la vida y seguirá sucediendo porque los seres humanos tenemos la necesidad de clasificarnos, supongo que por pura supervivencia. Por eso, quienes dicen que esto de la Marca Personal es algo moderno, se equivocan completamente.

Si de algo puedes estar seguro es que incluso antes de intercambiar una palabra o una mirada contigo, quienes sepan de tu existencia van a meterte en un casillero del que luego es difícil salir. Lo interesante es que, como sabemos que eso va a ocurrir, podemos y yo diría que debemos hacer todo lo posible para que esa etiqueta esté alineada al máximo con lo que realmente somos. Por eso, quienes nos dedicamos al Branding Personal trabajamos para que exista el menor desfase entre quienes somos y como nos perciben.

Evidentemente siempre va a haber interpretaciones erróneas, seguro que quien te mira te va a etiquetar no como eres sino como le indica el filtro de su historia personal, sus experiencias, sus valores y sus prejuicios. No pasa nada. Se asume que va a haber quienes no sean capaces de sintonizar contigo y punto.

El problema viene cuando eres tu mismo quien se da cuenta que la Marca Personal que ha ido dejando a lo largo de los años se parece muy poco a lo que ves de ti mismo en este momento y no termina de gustarte. Todos evolucionamos, aprendemos, vivimos experiencias que cambian nuestras creencias y valores y eso influye en la huella que dejamos. Y ahí vienen los «te veo y no te conozco». Lo curioso es que es algo que podemos decirnos a nosotros mismos.

Cuando leo mis artículos en este blog de hace 5, 8 o 12 años me pregunto como podía decir algunas barbaridades. Esa es una de las mejores cosas del blog porque te permite analizarte como una persona ajena a ti. Aunque sigo siendo muy crítico, creo que ahora soy más amable y empático. El núcleo es el mismo pero las formas han evolucionado un poco. Lo más importante es que no pienso borrar nada de lo que he escrito porque es la mejor forma de explicar y entender ese cambio.

Uno de los aspectos más delicados de gestionar tu Marca Personal es precisamente que si no tienes cuidado, se convertirá en LA MARCA DE TU PERSONAJE y quizás acabes actuando en función de un perfil demasiado cerrado, sin aristas, sin contradicciones, que te acabe limitando en lugar de liberarte.


El Branding Personal, al menos desde mi punto de vista, implica que las personas somos polifacéticas, cambiantes, que aprendemos, que experimentamos, que sufrimos y disfrutamos y todo eso nos hace estar mutando constantemente. Lo importante es que tratemos de encontrar unos pilares, valores, creencias y cualidades lo más sólidos posible que podamos proyectar. Cuando eso ocurre conseguimos generar confianza porque nuestras acciones serán bastante coherentes.

Pero lo que no podemos hacer es acabar interpretando el papel que nosotros mismos hemos creado. Es absurdo luchar para que no nos conviertan en un estereotipo y, al final, vernos atrapados en nuestra propia trampa-marca.

Podemos y debemos cambiar o, de lo contrario, la vida tendría poco sentido. Pero lo que está claro es que no somos gusanos de seda que un día desaparecemos y tiempo después nos hemos convertido en mariposas. La clave está en no desaparecer en pleno proceso sino en comunicarlo de la mejor forma posible.

La metamorfosis de una Marca Personal ha de hacerse a la vista de todos. Debemos ser algo así como los magos que transforman una varita en un ramo de flores delante de tus ojos.

Es muy triste que pudiendo serlo todo, nos conformemos con media docena de atributos. Es verdad que a las personas no nos gustan las sorpresas salvo en el cine o en el Parque de Atracciones, pero la vida es más divertida si incluimos pequeñas innovaciones o algo que se salga de la rutina.

Incluir un «a ver qué se le ha ocurrido hoy a este/a» en tu vida puede añadir valor a tu Marca Personal siempre que no sea demasiado desconcertante. Es lo que hacen las grandes empresas. No cambian el fondo, pero incluyen pequeñas modificaciones que, además de atraer la atención, sirven para probar cosas nuevas.

No olvides que eres tu quien gestiona tu Marca Personal y no al revés. Sería muy triste que quedases atrapado por tu propia Marca Personal para no molestar o no alterar a los demás. Quizás llegue el día en el que cambies tanto que debas buscar nuevos espacios en los que la gente te acepte como eres.

Recuerda que la clave está en mantener lo más estable (aunque no inmutable) posible el núcleo de tu Marca Personal, tus creencias, valores y cualidades. Pero a partir de ahí tienes mucho campo para experimentar, para innovar y asombrar sin que te digan: «No me esperaba eso de ti» salvo que sea para bien.
nomeesperabaesodeti





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