Un empleo no te va a sacar de pobre

ProductoHace un par de días escuchaba, una vez más, la retahíla de asuntos apocalípticos relacionados con el empleo. Que si los salarios siguen bajando, que si tendrás suerte si encuentras un empleo «de lo tuyo», que si tendrás que tener varios empleos para poder mantenerte, que si cada día hay más gente con empleo por debajo del umbral de la pobreza, que si no vamos a poder jubilarnos, que si…

Creo que lo que está ocurriendo es bastante claro y evidente, cada día va a ser más complicado mantener un nivel de vida que vaya más allá de la supervivencia mediante el empleo, el trabajo por cuenta ajena. Excepto para puestos muy concretos, las empresas están recurriendo a profesionales de «marca blanca», es decir, buenos, baratos, homogéneos y sustituibles. La mayoría de los empleos necesitan profesionales «commodities», a granel, que pueden contratarse «al peso».

Se habla mucho de la inestabilidad del emprendedor o del autónomo, pero ¿alguien con dos dedos de frente podría decir que un «cuentajenado» o «nominado» puede estar tranquilo?

Se dice que muchos negocios o proyectos empresariales cierran en tres o cuatro años pero ¿cuantos empleados mantienen su empleo el mismo tiempo? Si un profesional tiene la mentalidad de YO S.L., ser despedido de una empresa es como fracasar en su proyecto «empresarial».

Hace ya bastantes años descubrí (o me descubrieron) que, desde finales del siglo pasado, el empleo es pan para hoy y hambre para mañana. Con un empleo ocurre como con los coches, cada día que pasa vas perdiendo valor y con veinte años de experiencia te llevan al desguace. Diez años de experiencia suelen ser más bien un año de experiencia repetido diez veces. Sin embargo, para un autónomo, agente libre, emprendedor o profesional independiente, cada día que pasa va aprendiendo (a base de leches eso sí), va adquiriendo confianza, contactos, conocimientos y saber hacer.

Un empleado está sufriendo esperando poder jubilarse antes de que le despidan (porque le despedirán no una sino varias veces). Un profesional independiente suele poder ajustar su trabajo a lo que le gusta y no está pendiente de retirarse y si lo necesitase podría seguir trabajando porque depende de sí mismo, porque no tiene la Espada de Damocles del despido encima de la cabeza.


Un empleado vende horas, concretamente 8 o más cada día. Y al día siguiente debe empezar de nuevo como un Sísifo moderno. No vende su trabajo, alquila su tiempo y no saca más que una nómina cada día más escasa a final de mes. ¿Por qué 8 y no 10 o 5 horas? Pues porque «es lo que hay». Un profesional independiente trabaja las horas necesarias para conseguir los objetivos. Que suelen ser muchas en algunos momentos, pues si. Pero los resultados son para ti y además y no menos importante, puedes manejarlas como te convenga o apetezca. Y esa sensación de control es algo absolutamente maravilloso.

Un empleado tiene que poner su cuerpo, a veces podría decir que es cierto eso de «venderse» porque si no estás no cobras. Un profesional independiente se va a esforzar en crear algo que le genere ingresos aunque el o ella no estén presentes. El emprendedor va a poner su mente a trabajar para invertir en ideas o proyectos que generen rendimiento del mismo modo que otros invierten en la bolsa para obtener dividendos.

Un empleado va a utilizar sus títulos universitarios o los diplomas que certifican su conocimiento para ponerlos en el Currículo y esperar que lo tengan en cuenta para mendigar un empleo. Un profesional independiente va a utilizar todo lo que tiene a mano (experiencia, conocimiento, habilidades, hábitos, pasión) para crear algo valioso, y lo de menos es tener un papel que lo certifique, lo importante es ser capaz de demostrarlo y convencer a todo el mundo que es capaz de aportar valor.

Un autónomo o un profesional independiente deben esforzarse en crear productos, servicios o propuestas de valor diversas que funcionen sin ellos porque de lo contrario simplemente son una versión del empleado en el que a diferencia de eso que se dice de «ser tu propio jefe» más bien vas a «ser tu propio empleado».

Hubo tiempos en los que quien tenía los medios de producción y sabía manejarlos, podría ganar mucho dinero y poder. Luego hubo otros tiempos en los que quienes tenían el capital podrían conseguir lo mismo. Ahora entramos en los tiempos en los que tienen las cualidades adecuadas (y si no las tienen las desarrollan) y las invierten adecuadamente podrán conseguir lo mismo que los que gestionaban los medios de producción y el capital.

Cada día vas a seguir escuchando noticias claras que te indican que se acabó lo que se daba. Puedes echar la culpa al «sistema», puedes votar a opciones que te prometan lo que no pueden cumplir o puedes hacer inventario de lo que tienes a tu alcance, de lo que has aprendido y de lo que te hace cojonudamente bueno/a y empezar a sacarle partido. Si lo descubres, lo utilizas y lo comunicas eficazmente y desarrollas una Marca Personal potente será más fácil primero sobrevivir y luego progresar en este ecosistema.





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