Visibilidad limitada

MarketingUna de las mejores cosas de mi trabajo es que me permite, o más bien me obliga, a estar moviéndome constantemente entre el mundo real y el irreal o virtual de Internet.

El domingo estuve en la Feria del Libro firmando algunos de los míos y ese es un momento estupendo para ver las caras de la gente y también de hablar con los más despistados, los que te piden que les cobres un libro de Seth Godin. En ese momento compruebas que muchos de los temas que para nosotros, los dospuntocerolenses, son obvios, para la mayor parte de la gente no lo son.

Por ejemplo, cuando veía que alguien hojeaba el Marca Personal para Dummies y le preguntaba si sabía de qué iba esto de la Marca Personal, la mayoría decía que no tenía ni idea. Lo que no me sorprende porque muchos de los temas habituales para los que nos «leemos» por aquí, son desconocidos para el resto del mundo que tiene cosas más importantes en qué pensar.

El viernes y el sábado estuve dando mis clases de Marca Personal a un par de grupos de alumnos de master en Fundesem. Una vez más pensé en lo importante que es tener que poner a prueba tus ideas frente a profesionales que están todo el día enfrentándose a la realidad empresarial en lugar de estar divagando o prediciendo el futuro detrás de una pantalla como suele suceder en dospuntocerolandia.

Estos son sólo dos ejemplos que te bajan los humos de un plumazo, que te ponen en tu sitio sin anestesia ni paños calientes. Por eso creo que es fundamental poner a prueba constantemente tus ideas y tus planteamientos enfrentándolos a quienes se supone que son los destinatarios de lo que ofreces. Creo que con demasiada frecuencia a los que «vivimos» en los Social Media nos ocurre como a Tarzan en Nueva York o a Cocodrilo Dundee que estamos muy cómodos en nuestro ecosistema virtual pero nos sentimos perdidos fuera de él.

Uno de los temas a los que suelo enfrentarme es el escepticismo con el que contemplan los que no están en el ajo de esa obsesión por la visibilidad constante que sentimos los dospuntocerolenses. A mi me coge en un punto intermedio un tanto complicado porque soy el primero que critica la sobreexposición en los Medios Sociales pero también creo que es necesaria una presencia en La Red.

Pero cuando la responsable de la red comercial de una empresa farmacéutica o un responsable de producción de una empresa de calzado o una experta en negociación de legislación medioambiental en la comunidad europea te dicen que no entienden qué interés puede tener Pinterest para ellos o que no les queda tiempo (ni ganas) para participar en los foros de LinkedIn, siento que tienen mucha razón.

Creo que entre el «el que no está en Internet no existe» y el «es que yo odio todo este rollo de Internet» hay un punto medio, algo así como aquello de Social Media a nivel de usuario.


Evidentemente y como he dicho aquí muchas veces y repito en mis cursos, lo primero es la estrategia, definir los objetivos y, a partir de ahí, seleccionar las acciones, los medios y las herramientas. El problema es que veo un desequilibrio brutal entre la percepción que tenemos los que hacemos un uso más o menos masivo de lo dospuntocero y la de quienes sólo son espectadores accidentales.

Supongo que los que llevamos tiempo utilizando las Redes Sociales, los Blogs y toda esta parafernalia virtual hemos acabado entrando en esa nueva carrera de la rata que es «estar en Google» y nos obliga cada día a hacer algo para dar de comer a la bestia. De ese modo acabamos perdiendo la perspectiva hasta que un día nos paramos y nos preguntamos ¿Y esto cómo empezó? ¿Para qué me metí en esto?

Sin embargo, para la inmensa mayoría de personas que no se sienten mal si no tuitean cada diez minutos, no hacen un «me gusta» a uno de esos estúpidos vídeos inspiradores de Facebook o no bloguean cada martes y cada jueves, todo esto de Internet es justo lo que debería ser, un medio de entretenimiento, formación o presentación profesional o personal pero nunca un espectáculo perpetuo.

Creo que para la inmensa mayoría de los profesionales, La Red debería ser una forma de mantenerse al día aunque creo que un buen libro es infinitamente mejor y más fiable que cualquier información en una web. La Red debería ser una presentación profesional, un lugar en el que mostrar lo que eres capaz de hacer pero sin obsesionarse con que lo visiten miles de personas que ni te interesan ni a las que interesas.

Siempre he dicho que la Marca Personal se basa en la persona, en su identidad, en lo que puede ofrecer, en su capacidad de generar confianza y que estar en Internet sólo es un medio para que todo eso se conozca, pero no es obligatorio ni mucho menos.

La inmensa mayoría de los profesionales que conozco y que no están en Internet ni se les espera cumplen con todos los requisitos para dejar huella y sinceramente, creo que el esfuerzo por hacerse un hueco en la primera página de Google o conseguir unos cuantos centenares de seguidores en Twitter no compensa la inversión.

Por lo tanto, tener presencia en Internet (un sitio propio actualizado con cierta frecuencia y cuentas en Twitter y LinkedIn más o menos activas) creo que es imprescindible para cualquier profesional. Sin embargo, tratar de desviar recursos escasos (especialmente tiempo) para hacerse un hueco en este Benidorm en agosto en que se ha convertido La Red es cada día más absurdo.





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