Mis errores favoritos

En marzo del año 2006, sólo unos meses después de empezar mi proyecto, escribí un post en el que hablaba de mis meteduras de pata durante ese tiempo. Durante estos años he escrito muchos otros explicando las lecciones que he aprendido explicando lo que he descubierto, normalmente a base de golpes.

Creo que es interesante y necesario mostrar y compartir las experiencias adquiridas en el desarrollo de un proyecto, básicamente por dos razones. La primera por ayudar a otros a acelerar su propio proceso y advertirles de las cagadas que otros hemos cometido. La segunda por uno mismo, por sentarse a reflexionar y plasmar lo que nos ha frenado o desviado.

Podría pensarse que eso de explicar lo que uno ha hecho mal puede perjudicarle. La verdad es que no sé si es así, pero yo creo que facilita la conexión con otros que están en la misma tesitura que tu. De todos modos, una de las lecciones aprendidas sobre los errores es que casi nunca suelen ser irreversibles.

DragonsLairLo que no te mata te hace más fuerte y cada día que pasa eres más sabio. Es como cuando jugabas al Dragon’s Lair y te gastabas una pasta hasta que conseguías terminarlo. Cada error te facilitaba seguir avanzando más rápido en la siguiente ocasión.

En estos últimos tiempos he cometido muchos errores, algunos de principiante y otros que tienen todavía más pecado por no aplicar yo mismo las cosas que predico. Estos son algunos.

El Branding Personal es útil pero no suficiente

Quizás este es uno de los que más me ha costado aceptar. Como decía en el post anterior, no basta con ser conocido, ni siquiera reconocido o apreciado.  Estar muy bien posicionado en Google o en la mente de algunas personas no genera ingresos por sí mismo. Una Marca Personal aumenta tu valor y tus opciones, es como esos helicópteros que te llevan a la cima de una montaña nevada para esquiar. Pero si te quedas quieto y no te lanzas a vender o a deslizarte por la nueve, el esfuerzo habrá sido inútil.

Muchas de las veces en que me han felicitado por mi trabajo he pensado algo parecido a lo que decía Suarez cuando no le votaban, «Quiéreme menos y cómprame más»

No existe «la gente», existen clientes

Cuando te sientas delante de una pantalla a escribir es muy fácil olvidarse del mundo real y dejarse llevar por la filosofía o los pájaros y flores. A diferencia de una conferencia o una charla de café, cuando escribes un post no ves la cara de extrañeza, entusiasmo, aceptación o aburrimiento de quienes tienes enfrente y rápidamente te dejas llevar.

La forma de reducir este riesgo es poner cara y ojos a quién te diriges. María Luisa me explicó que algunos expertos norteamericanos utilizan el concepto de Cliente Avatar que consiste en crear una persona ideal en tu mente para la que escribes. Quizás es un poco artificial pero es práctico y te ayuda a centrarte en aquellos a los que realmente quieres dejar huella.


Lo importante no es el nombre

Este es uno de los errores que más me duele admitir porque yo mismo lo he criticado en muchas ocasiones. Me refiero a atarte de tal modo a un nombre, a un término o a una denominación que acabes diluyéndote en ella. Quizás te ayude a explicar lo que haces, pero si el término se degrada, te hundes tu con él. Un término que se pone de moda es una tentación que los «parásitos» no pueden dejar de aprovechar y aunque no tengan ni idea de lo que hablan podrán aprovecharse de la ola hasta que llegue la siguiente.

Ha ocurrido con el coaching, con la política, con el marketing, con otros muchos y ahora también con el Branding Personal. ¿Significa eso que esos conceptos no sean válidos? De ninguna manera. Sin embargo, la utilización indiscriminada, la falta de ética o la gran visibilidad de los casos menos «ejemplares» van minando la confianza en el concepto.

Hay y habrá excelentes coaches, políticos, marketinianos y expertos en Branding Personal pero los nombres, términos y denominaciones tienen fecha de caducidad. Precisamente por eso es mejor asociar tu nombre a un beneficio o a un valor que a un término más o menos de moda. Yo he sufrido en todas las etapas con la Marca Personal, al principio porque nadie lo entendía y ahora porque ahora sigue sin entenderse pero cada cual lo utiliza como le interesa.

Explica claramente los beneficios

Siempre he respetado mucho a quienes me dirijo. He pensado y sigo pensando que cualquiera con dos dedos de frente puede entender cualquier cosa si dedica tiempo suficiente. Y quizás ahí está el problema. Es necesario ser mucho más claro, directo y específico. No sueltes rollos, no divagues. Explica claramente los beneficios y la mecánica de tu propuesta. No dejes espacio a la adivinación o a la suposición. No dejes huecos sin rellenar. Las personas no queremos una Marca Personal, lo que queremos es lo que podemos conseguir con ella.

Olvídate de los que no quieren cambiar

Durante estos años he dedicado mucho tiempo, energía y disgustos a quienes se han dedicado a criticar al Branding Personal. Además, aunque algunos lo acaban entendiendo o simplemente desaparecen, cada día surgen nuevas oleadas de gente que no se ha tomado el mínimo interés en informarse antes de despreciar.

Pero los que más me aburren son los que quieren resultados rápidos, los que esperan recetas milagrosas, los que dicen que esto no sirve si no le proporciona el empleo de sus sueños en un par de días.

Pues te digo que no pienso dedicar ni un sólo segundo más en rebatir a los críticos o en convencer a quienes esperan que todo se lo den hecho.

Ten una cartera de productos clara

Este es uno de los errores más graves que he cometido. Aunque tengo mucho material, he escrito cuatro libros, me paso el día dando conferencias y talleres no he sido capaz de crear un catálogo de productos claro y sencillo. Creo que eso es algo que ocurre a muchos profesionales, incluidos los que trabajan por cuenta ajena. Yo ya estoy solucionándolo. Y tú ¿Qué me vendes?

Con este post cierro un ciclo. Quiero empezar a contar cosas mucho más operativas a partir de la próxima semana.





Compartir esta publicacion