La maldición del koala

Ayer invertí parte de la tarde a asistir a una charla del gran Rafael Martinez o @estratega. Aunque conozco a Rafa casi desde el principio de mi aventura hace diez años, nunca le había visto hablar sobre estrategia en una conferencia como la de ayer. En ella contó algunas de las cosas que explica en su libro El Manual del Estratega que es el mejor libro sobre estrategia que he leído.

La estrategia implica tomar decisiones y ejecutarlas. Entre otras cosas nos habló sobre las diferentes formas de enfrentarte a los cambios cuando estás gestionando un proyecto, una empresa o tu propia vida. Me llamó especialmente la atención una imagen que utilizó para explicar el problema que supone la falta de adaptación al cambio.Kaola saved from deforestation

Es una imagen inmensamente triste en la que aparece un koala en un paraje desolado después de que hayan talado el bosque de eucaliptos en el que vivía. Se puede ver que unos centenares de metros más allá hay más árboles, sin embargo, si nadie echa una mano al koala, seguramente morirá sin moverse del sitio.

Rafa nos explicaba que el koala es un animal perfectamente adaptado a su medio. No hay depredadores que les ataquen, normalmente tienen todo el alimento que necesitan y se reparten el territorio para no tener que competir. Eso les ha convertido en animales lentos, tranquilos e incapaces de hacer nada si las circunstancias cambian. Y eso que suena idílico cuando las cosas van bien, es una maldición si se produce una alteración importante de su entorno. Están tan adaptados a sus circunstancias que son incapaces de moverse más de cinco metros si se produce una alteración radical de su ecosistema.

Desde hace algunos meses he detectado que las circunstancias de mi proyecto han cambiado. De un modo u otro lo he ido comentando en este blog y en otros sitios. Pero igual que le sucede al koala, muchos profesionales tenemos tendencia a adaptarnos al entorno de un modo que puede ser letal.

Las razones para no cambiar son muchas. Pero quizás la más importante no es la falta de opciones sino el miedo a lo que puedan pensar los demás.

Hace ya bastante tiempo que tengo claro que es el momento de hacer algo de lo que tanto se habla, me refiero a reinventarse. Y las circunstancias parece que se han aliado para acelerar ese cambio. Es hora de hacer limpieza, derribar prejuicios e intentar algo nuevo.


Quizás podrías pensar que estoy gilipollas, que en este momento todo esto de la Marca Personal está de moda. Pues bien, no niego que esté gilipollas, pero en cuanto a lo de las modas, creo que precisamente cuando todo el mundo habla de un tema es cuando empieza la decadencia. Es cuando aparecen parásitos, expertos sin experiencia y listos de todo tipo que prostituyen una idea, por buena que sea. El concepto, el método, el fondo sigue siendo válido y lo seguiré aplicando, pero es hora de crear algo nuevo y hacerlo de un modo distinto.

¿Porqué no lo he hecho antes? Pues por la misma razón por la que si hace diez años alguien no me hubiese despedido de la última empresa en la que trabajaba, en este momento todavía estaría muerto de aburrimiento en un cubículo (o en un despacho). Me refiero a que han tenido que juntarse algunas situaciones, personas y experiencias en apenas unos días para animarme a dar ese salto que hace tiempo que debía haber dado.

Como digo, el mayor problema para cambiar suele ser el miedo a lo que digan los demás. ¿Y si lo que empiezo a hacer a partir de ahora no gusta? ¿Y si los que hasta ahora me llamaban «crack» se dan cuenta de que no lo soy? ¿Y si el concepto que tenían de mi se viene abajo? ¿Y si mi forma de hacer las cosas a partir de ahora les parece que choca con lo que he dicho hasta este momento? ¿Y si algo de lo que haga a partir de ahora parece que se contradice con lo anterior?

Esos y muchos más ¿Y si…? son los que consiguen que, aunque tengamos un bosque de eucaliptos a unos centenares de metros nos quedemos ahí, esperando a que venga alguien a salvarnos. Admito que al mirar a mi alrededor tengo una sensación parecida a la que debía tener el pobre koala de la foto. No sé si llegaré a otro bosque, pero lo que no voy a hacer es quedarme quieto.

Es hora de empezar una nueva aventura. No voy a raparme la cabeza e irme a la India en un viaje espiritual. Voy a seguir desarrollando modelos para ayudar a los profesionales a aumentar su valor, pero lo voy a plantear, explicar y, sobre todo, vender, de un modo muy distinto a hasta ahora. Eso quizás sorprenda, disguste o entusiasme a quienes me habéis seguido hasta ahora, pero supongo que al pobre koala de la foto, lo último que le preocupaba en ese momento es lo que pensasen los demás.

Quizás este sea el último post en un par de semanas o tres, pero seguiré merodeando por dospuntocerolandia hasta la vuelta. Tengo que llegar al bosque de eucaliptos.





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