No me deprimas, ayúdame

Actitud positiva es esperar lo mejor mientras te preparas para lo peor. Leido en La Cúpula de Stephen King

En mi anterior post, hice una descripción algo deprimente pero también dura y realista de lo que implica poner en marcha un proyecto profesional en este momento. Mi intención era transmitir la idea de que cuando las cosas no van bien, simplemente desapareces de la vista de casi todo el mundo.

Muchos de los comentarios que me habéis hecho me agradecéis que diga lo que muchos pensamos y que ponga una dosis de realidad ante la avalancha de buenismo y obsesión por una actitud positiva narcotizante. Pero Jose Antonio consideraba que esa descripción, por muy real que sea no le inspiraba ni le aportaba demasiado. Entre otras cosas me comentaba:

Tal y como yo percibo la información que compartes, me deprime, y antes, leer tus post, para mí era motivo de inspiración, quizás yo no sepa sacarle partido a estos mensajes pesimistas, pero te puedo asegurar que si quiero pasar miedo, no tengo nada más que leer un periódico o ver las noticias.

Y creo que tiene parte de razón y por eso pienso que una de las mejores cosas de un blog son los comentarios cargados de crítica constructiva porque te ayudan a no perder el norte. Lo cierto es que al terminar ese post yo mismo me di cuenta de que algo no encajaba y pedía disculpas por escribir un post tan «oscuro».

No es que yo me caracterice por mi defensa del pensamiento positivo ni creo que me vayan a llamar nunca como conferenciante motivador de esos cuasitelepredicadores del buen rollo que llenan teatros y estadios. Sin embargo, creo que en el post anterior me faltó una cosa fundamental, me refiero a aportar soluciones y propuestas. De nada sirven todos tus argumentos y opiniones si, al final, no eres capaz de proponer algo que cambie las cosas.

Creo que cualquier persona que quiera dejar una Marca Personal memorable debe ser recordada por lo que cambió, solucionó o ayudó a mejorar. Tanto los cenizos, los que sólo ven las desgracias que pueden ocurrir como los que creen que todo es de color rosa y creen que viven en un mundo de fantasía e ilusión, pasarán por este mundo sin dejar huella si además de su actitud negativa o positiva no aportan soluciones.


Smile2El otro día estuve en la alucinante presentación de Smile2 de mi amigo Rubén Turienzo. Rubén es el extremo opuesto a mi forma de ver la vida. Ambos somos felices a pesar del color del cristal con que miramos la vida. Rubén es el positivismo hecho hombre mientras que mi visión de lo que puede suceder es la contraria. Pero creo que no es la actitud positiva o negativa la que nos hace sentirnos bien y, en la medida de lo posible, ayudar a los demás a que también lo estén. Creo que la clave está en, una vez asumida la situación, aportar respuestas y soluciones.

Los libros de Rubén son justo lo contrario a esa estupidez en forma de libro que se llama El Secreto (por favor, dejad a los niños en paz) en el que un montón de gurús anglosajones forrados de pasta a base de «animar» a la gente te dicen, o más bien obligan a tener una absurda y falsa actitud positiva. Lo que Rubén hace es aportar soluciones concretas, tangibles, prácticas y probadas que consiguen que las cosas funcionen. No te dice que las cosas suceden sólo por pensarlas o desearlas, lo que te explica es que debes hacer algo y te da (muchas) sugerencias para empezar.

Por eso creo que  Jose Antonio tiene razón. Si alguien va a leer un blog no es para que le informes sobre lo mal que van las cosas o, si lo haces, inmediatamente después hagas algunas propuestas. (Puedes considerar que esta es la propuesta de este post ;-D). No me informes, ayúdame. Menos actitud y más aptitud.

Aunque es posible que tengan más éxito, no creo que hacer posts agradables, «bonitos», buenistas o de buen rollo sean más útiles que los negativos, críticos o de denuncia si no me dan algunas pistas sobre lo que debo hacer. Está muy bien cambiar tus pensamientos, pero esos pensamientos no van a cambiar las cosas si no haces algo más… salvo que seas un jedi.

Nadie quiere a los que buscan problemas pero adoran a los que ofrecen soluciones. En ese aspecto creo que los «negativos» tenemos una gran ventaja. Al ver problemas en todas partes, rápidamente buscamos formas de resolverlos. Y ya sabemos que donde hay un problema, hay una oportunidad. En cierto modo creo que el pensamiento positivo paraliza mientras que el negativo empuja.

He dicho últimamente en varias ocasiones que aunque parezca que estoy regañando a quienes me leéis, en realidad estos post suelen ser autocríticos. Precisamente, ayer tuve una larga y muy productiva conversación en Fundesem (Alicante) con Cristina Mulero sobre lo inútil de preocuparse y enfadarse por lo que hagan otros. Creo que  es absurdo perder un sólo segundo con personas o situaciones que no te gustan salvo que puedas hacer algo para cambiarlo… y lo hagas.





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