Profesionales, ni más ni menos

Hace un rato, en ese momento en el que no estás dormido pero tampoco despierto, me he dado cuenta que dentro de un par de semanas se cumplirán nueve años desde que me echaron de mi último empleo. Tiene algo de justicia poética que este aniversario coincida con la publicación de mi tercer libro. Desde aquí quiero dar las gracias a quienes me dieron la patada porque sin su empujón no habría sido posible nada de lo que he conseguido.

Durante más de quince años ocupé puestos importantes en varias multinacionales y cambié de empleo con (demasiada) frecuencia. Quizás debería haberme dado cuenta mucho antes de que esa tendencia a cambiar de empresa era un síntoma de mi aversión a que otro me diga lo que tengo que hacer. Quizás por eso me dediqué a desarrollar mi Marca Personal y a diseñar métodos para que otros lo hagan. 

Mi etapa como profesional libre es la más larga sin cambiar de estado profesional. He encontrado mi estabilidad en la inestabilidad de montármelo por mi cuenta. A pesar de todas las dificultades, sufrimientos y mosqueos pasados y por venir, no cambiaría ni un sólo momento de estos nueve años. Y este es sólo el principio.

En todos mis años de vida laboral he hecho de todo, desde descargar camiones a gestionar la logística de grandes barcos de derivados de petróleo, desde hacer encuestas hasta negociar millones de euros con directores generales de grandes empresas internacionales, desde fregar platos a diseñar un nuevo detergente para lavarlos.

Durante mi trayectoria profesional he pasado por todos los estados laborales posibles. Estudiante, Empleado, Desempleado, Autónomo, Emprendedor. Y después de todos estos años, mi conclusión es que ha llegado el momento de plantear el trabajo de un modo diferente.

  • No somos estudiantes
  • No somos empleados
  • No somos emprendedores
  • No somos autónomos
  • No somos desempleados
  • No somos «freelances»

Todas esas ya no son descripciones válidas. El mundo del trabajo ha reventado, ha saltado en pedazos y es absurdo seguir dividiéndolo de mismo modo. Para mí, en este momento sólo hay una forma de verlo.

Somos PROFESIONALES

Suelo repetir con frecuencia en mis cursos que las únicas diferencias entre todas las situaciones anteriores son dos. El número de clientes y una definición administrativa.


Es hora de empezar a plantearse la trayectoria profesional como un proyecto, como un plan estratégico diseñado y gestionado por cada uno de nosotros. Es absolutamente inutil, por no decir suicida, seguir dependiendo de la existencia o no de un hueco en una organización. No podemos seguir pensando en términos de empleo. Es hora de empezar a crear nuestro propio trabajo que aporte valor y aprender a venderlo a quienes estén dispuesto a pagarlo como merece.

No podemos seguir pensando como empleados. Debemos pensar como profesionales que nos ganamos la vida haciendo lo que más nos gusta independientemente de quién nos pague o del papel que nos situa en un lugar u otro de la burocracia estatal.

Durante estos años he desarrollado el concepto de Branding Personal adaptándolo a nuestras circunstancias. He aprendido muchas cosas. Pero también he visto como se está desprestigiando por el uso y abuso de quienes no han entendido que la Marca Personal no es un instrumento para aumentar su visibilidad en redes sociales o para manipular las percepciones sino para aumentar el valor, la singularidad, la dignidad y la libertad de las personas.

El Branding Personal ha sido el punto de partida y seguiré trabajando en su desarrollo pero creo que este es un buen momento para ir más allá. Mi intención es empezar a aplicar un modelo más completo que llevo desarrollando desde hace meses, una nueva forma de hacer las cosas para un nuevo tipo de profesionales que no se quieren esconder tras una de las categorías laborales.

Creo que es hora de ir más allá, mucho más allá de las técnicas de búsqueda de empleo, de los cursos de emprendedores o de la preparación de entrevistas de trabajo. Esas son sólo tácticas parciales y normalmente poco eficaces para la supervivencia profesional. Hay que pensar y, sobre todo, actuar de un modo distinto.

Estoy en ello, todo va por buen camino y además no estaré solo. Pero esta es otra historia de la que ya te hablaré más adelante.

Es curioso como se juntan las piezas. Hasta yo que soy poco dado a misticismos tengo que reconocer que hay momentos en los que todo se alinea. Precisamente hace unos días recordé este video que ya tiene unos cuantos años pero que transmite perfectamente lo que te estoy contando, empezando por el título.





Compartir esta publicacion