Te van a oír XII: Hazlo personal

Una de las ideas que he tratado de transmitir en mi próximo libro es la importancia de hacer lo más humano y personal posible todo lo que creamos y transmitimos. Creo que una plataforma de comunicación personal (blogs, conferencias, networking, libros,…) debe ser precisamente eso, personal.

Creo que aportar una visión, una opinión o una historia vivida, sufrida o disfrutada directamente por quién la transmite es uno de los mejores elementos diferenciadores para posicionar una Marca Personal.

Creo que La Red está llena de decálogos sin alma y repetidos hasta el infinito. Echar un vistazo a la mayoría de las páginas de Pinterest es para echarse a llorar o para caer desmayado por aburrimiento porque siempre aparecen las mismas infografías. Muchos de los tuits que circulan son frases o citas atribuidas a un par de docenas de autores que son rerereretuiteadas hasta que dejan de tener sentido. 

Echo de menos opiniones o ideas personales, propias y no sacadas de un libro de citas o traducciones de blogueros o autores de decálogos anglosajones. Pero creo que el mayor problema no es la carencia de ideas sino el exceso de pudor, miedo o vergüenza que nos paraliza a la hora de expresarlas.

Es curioso que mucha gente no tenga problema en fotografiar y divulgar el enorme plato de fabada que se va a comer (Carpantuits) o que no tenga ningún pudor en chequear en foursquare que está en los baños del aeropuerto pero se corte a la hora de opinar sobre algo o de transmitir sus valores.


Soy un firme defensor de utilizar las herramientas de comunicación que tenemos a nuestra disposición para dar nuestra versión de lo que vemos. Ojo, estoy hablando de dar opiniones personales sobre los temas profesionales o los asuntos en los que estamos tratando de posicionarnos. No estoy diciendo que tengas que contar tus cuestiones más íntimas o privadas

Una de las últimas polémicas que he tenido con este blog ha sido causada por un post en el que daba mi opinión sobre la utilidad de lo dospuntocero. He recibido críticas y comentarios de personas a las que aprecio que me han ayudado a darme cuenta que quizás estoy centrándome demasiado en lo negativo. Y creo que tienen algo de razón. Pero esos toques de atención no habrían sido posibles si no me hubiese «mojado» dando opiniones personales.

Por otra parte, cuando muestras abiertamente tus opiniones sobre tu especialidad también atraes a quienes piensan como tú. Pero si mantienes una postura aséptica, neutra y sin aristas no sólo no podrás evolucionar, tampoco dejarás huella.

Creo que debemos poner nuestro toque personal en todo lo que hacemos. Eso implica hacer algo que da mucho miedo. Me refiero a abrirnos a personas a las que no conocemos y eso puede darnos la sensación de que somos vulnerables. Pero he comprobado en estos años después de muchas conferencias, artículos, tuits, posts o cafés compartidos que merece la pena dejar la armadura en casa y salir a pecho descubierto.

La Red cada día hace más fácil automatizar la «conversación». Hay muchas herramientas que pueden enviar tus mensajes sin que tengas que hacer nada. Pero yo no quiero relacionarme con robots sino con personas con ideas, creencias, valores, defectos y virtudes a las que pueda querer o detestar.





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