Lecciones Aprendidas XXXIII: El único de tu categoría

Antes de nada quería pedir disculpas a quienes han comentado en los últimos posts y a los que no he contestado. Como siempre, agradezco los comentarios pero quiero decir que estos meses de julio y agosto he decidido hacer una cura de «desintoxicación» dospuntoceril. Básicamente las razones son tres.

En primer lugar quiero dedicar más tiempo a mi familia porque el resto del año es mucho más dificil. En segundo lugar, el verano suelo dedicarlo a preparar material y a desarrollar nuevas ideas. Por último, este año, además, estoy trabajando en el nuevo libro. Así que limitaré mi presencia a los posts de los martes y viernes y a algunos twitts esporádicos.

Entre los asuntos que estoy madurando está el que da origen a este post. Se trata de la importancia cada vez mayor que percibo de tratar de posicionarse como profesional con nombre y apellidos en lugar de ocultarse tras un concepto. Se trata de posicionar una Marca Personal poniendo por encima de todo al profesional en lugar de al oficio o al método.

En los últimos tiempos hemos visto como han proliferado «expertos» de la noche a la mañana asociándose a cualquier concepto que tuviese visos de proporcionarles ingresos. Poco o nada les ha importado el daño o el perjuicio que pudiese provocar a los auténticos especialistas. Y una vez que lo «queman» saltan a por el siguiente, como cualquier parásito.

Lo importante es apoderarse de un término e incluirlo en su perfil de Twitter, en su oferta profesional o postularse como ponente con años de experiencia en el tema. Parafraseando al replicante «He visto cosas que vosotros no creeríais…» 

Ante eso poco o nada se puede hacer. Es como el cancer, un proceso dañiño pero natural. Empieza poco a poco y acaba destruyéndolo todo. Eso ocurre con la consultoría, el coaching, el community management, el Branding Personal o los DJs. La única opción para los auténticos profesionales es crear una nueva categoría. Es un carrera que no termina nunca. Cuando alguien innova, cada día surge una mala copia o un sucedáneo con más rapidez.


Como dice una de las leyes del marketing, si no puedes ser el lider de una categoría, crea una nueva. Eso es algo por lo que he luchado durante estos años con el Branding Personal pero he comprobado que es una guerra perdida. Así que ha llegado el momento de dejar de asociar mi nombre a un concepto y empezar a asociar nuevos conceptos a mi nombre.

Una de las recomendaciones que hago a muchos profesionales, entre ellos a muchos amigos coaches es que no «vendan» coaching, sino que traten de asociar su nombre a los beneficios que aportan. Y eso es aplicable a todas las profesiones. Seguro que hay buenos políticos o profesionales de la banca pero en este momento su reputación se ve lastrada por la imagen de la profesión.

Entiendo que a la hora de vender tu trabajo aparentemente es más ràpido decir que te dedicas a algo que a tratar de posicionar tu buen nombre. Cuando te asocias a un concepto, te beneficias momentaneamente de su conocimiento y la buena imagen y eso te ahorra explicaciones, pero con el tiempo puede que acabes cargando con las culpas y los pecados de otro.

Hace ocho años empecé utilizando el término «marca propia» como forma de comparar a los profesionales «commodity» con las marcas blancas. Luego fui utilizando Marca Personal, Personal Branding y Branding Personal. Luego he desarrollado nuevos modelos, sistemas y herramientas y el concepto se ha quedado corto. Ese es otro de los problemas de basar tu estrategia en un «producto». Así que lo mejor es tener una auténtica Marca Personal basada en tu nombre y, a patir de ahí, empezar a desarrollar nuevos «productos».

No me voy a extender más. Pero mi intención para el «próximo curso» es centrar mi estrategia en mi propio nombre. Creo que ese es el objetivo final de un profesional con marca. Ya te iré contando como lo haré y también te recomiendo que consideres aplicar esta opción a tí mismo.





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