¿Quién te ha pedido tu opinión?

Vengo dando vueltas al post de hoy desde hace algún tiempo, pero en los últimos tiempos me ha parecido que venía más a cuento. Quizás es una percepción equivocada pero tengo la sensación que cada día abunda más la opinión y menos los contenidos con «sustancia» en algunos canales de dospuntocerolandia. La cháchara está sustituyendo a los contenidos especializados.

Evidentemente La Red es, entre otras cosas, un medio de comunicación y conversación. Sin embargo, creo que desde el punto de vista del Branding Personal, esta tendencia a convertirse en tertuliano (o Tertuitliano) puede resultar contraproducente. Esta no es una crítica a nadie en particular porque yo mismo soy el primero en «pecar» opinando de todo lo divino y de lo humano. Pero creo que hay que tenerlo en cuenta para hacer los ajustes necesarios. Me explico.

Uno de los requisitos básicos para posicionar una Marca Personal o comercial es definir una oferta o una propuesta concreta. De ese modo conseguimos asociar a una persona o a una empresa con una solución y un valor. Creo que muchos de los que hemos conseguido hacernos un huequecito en un pequeño o gran nicho de mercado lo hemos logrado asociándonos a un concepto, una profesión o una especialidad.

Durante meses o años hemos estado machacando un asunto de forma constante, consistente y coherente hasta conseguir dejar una huella más o menos profunda pero bien definida en la mente de quienes han querido leernos o escucharnos.

Sin embargo, parece que el Síndrome del Tertuliano queopinadetodo se va extendiendo y poco a poco nos sentimos más libres para dar nuestra opinión sobre cualquier cosa sobre la que se nos pregunte o aunque no nos pregunte nadie.

Siempre me ha parecido curioso que se dé tanta relevancia a las opiniones de profesionales de ciertos sectores. En las entrevistas a actores, deportistas o personajes de la farándula se les pide opinión sobre cuestiones de las que saben tanto o quizás menos como cualquier persona de la calle. Pero eso también está sucediendo en La Red.


En los últimos meses muy pocos se han resistido a opinar sobre cualquier cosa que fuese noticia. Desde una catástrofe nuclear al futuro del euro, desde los jugadores de la selección de futbol hasta las particulas subatómicas. Y yo el primero.

Creo que lo interesante es conocer las opiniones personales de los expertos sobre algún tema de su especialidad, pero no me interesa saber lo que piensan sobre un asunto político o gastronómico.

Creo que no es malo dar tu opinión sobre un asunto no relacionado con la especialidad con la que te has posicionado si lo haces de forma esporádica. Te hace más humano, especialmente si lo haces con un poco de humor. Pero por otra parte, si sigo a algunas personas es porque espero aprender de aquello en lo que son especialistas y no me interesa demasiado su opinión sobre la prima de riesgo o cualquier otra cosa, salvo que les siga precisamente porque son expertos en ello.  

Quizás me equivoco, o quizás es un efecto del verano pero me parece que las aportaciones de Twitter se están deslizando hacia la conversación de amiguetes y perdiendo fuerza como herramienta de posicionamiento profesional. Pero Dios me libre de decir como debe usarse esta u otra herramienta.

Quizás esta sea la evolución natural. Quizás nos hemos dado cuenta que si quieres ofrecer contenidos de valor, 140 caracteres se quedan muy cortos mientras que para una tertulia son perfectos. Quizás es algo lógico porque poco a poco se han creado vínculos de amistad entre muchos tuiteros. Pero me hace replantearme su utilidad como herramienta de Branding Personal. Puede que si quieres posicionarte como profesional, Twitter esté perdiendo algo de sentido porque es como tratar de dar una conferencia sesuda en una discoteca. O puede que sea excelente porque sería más fácil sobresalir. Aún no lo sé.

Quizás la respuesta está en separar las opiniones personales sobre un tema profesional de las opiniones personales sobre el resto de cuestiones. Quizás empieza a ser imprescindible mantener un perfil para cada uso. Ojo, la idea no es ocultar la información, sino facilitar el posicionamiento profesional. No creo que el profesional sea diferente de la persona, pero pienso que a la hora de «apoderarte» de un trozo del mercado es más eficaz evitar los mensajes mezclados que acaban generando confusión.


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