Soltar lastre para ascender

No hace falta que seas un lector fiel de mi blog o de mis artículos para darte cuenta que no suelo tener demasiados complejos para decir lo que pienso. Con el tiempo me he dado cuenta que la sinceridad salvaje forma parte de mi Marca Personal. Es cierto que siempre trato de hacerlo de un modo que no sea ofensivo, pero aun así siempre hay personas que se sienten incómodas con algunas de las ideas que planteo.

En realidad no suelo tratar de temas considerados polémicos sino de cuestiones relacionadas con el mundo del trabajo y la forma de entender las relaciones profesionales. Pero con el tiempo he comprendido que incluso en los asuntos menos sensibles existe una alta probabilidad de rechazo si opinas de forma diferente al pensamiento único que nos domina.

He visto en muchas ocasiones que, al explicar que el Curriculum Vitae es una herramienta practicamente inutil, alguien ha expresado su rechazo, contrariedad o disgusto de forma bastante vehemente. Alguien podría pensar que acababa de insultar a su madre. Al hacer comentarios sobre dospuntocerolandia, sobre la necesidad empezar a pensar como profesionales independientes o simplemente al mostrar mi alegría por no tener jefes siempre hay alguien que se molesta. Pero es normal.

Si le dices a alguien que está jodido en su trabajo (pero tiene una nómina calentita cada mes) que debería pensar en alguna alternativa, su mente va a cortocircuitarse. Si le dices a alguien que no encuentra un empleo, que quizás debería pensar en montárselo por su cuenta te va a contestar que es que «no se ve» como autónomo. Y cuando no te ves y alguien trata de que lo veas, probablemente te van a considerar un incordio o un tocapelotas.

Creo que todos tenemos unas ideas más o menos fijas que son las que consiguen que nuestro mundo tenga sentido. Pero en cuanto alguien las pone en duda o plantea otros escenarios es fácil sentirse incómodo. Pero ese no es mi problema ni debería ser el tuyo. No se trata de provocar o molestar ni mucho menos de insultar, pero para hacer una tortilla hay que romper algunos huevos. Y hay mucha gente que prefiere seguir pensando que vive en un mundo feliz (mientras se desmorona). Allá ellos, no pienso perder ni un segundo con ellos mientras haya gente con ganas de comerse el mundo.

En los últimos días he tuiteado algunas ideas referentes a la necesidad de ponerse las pilas profesionalmente. Es cierto que los 140 caracteres no permiten muchas divagaciones pero creo que uno puede explicarse con suficiente claridad. La reacción inmediata al expresar estas opiniones siempre es la pérdida de un puñado de followers (aunque luego se recupera con creces). Pero creo que eso es positivo porque es una forma de «hacer limpieza».


La Marca Personal es el resultado de expresar y defender tus valores y opiniones auténticas (correctas o equivocadas). Creo que las redes sociales están creando usuarios dúctiles y maleables que tratan de expresarse de tal modo que no ofendan a nadie. Creo que todos, yo incluido, nos hemos autocensurado a la hora de expresar algunas ideas para no perder nuestra «buena imagen» (en realidad es la forma en que pensamos que nos ven). Pero eso va empobreciendo el debate.

Poco a poco, cualquiera que esté en los Medios Sociales va adaptando su comportamiento al del entorno y se va domesticando. Eso es letal para una estrategia de Branding Personal y sobre todo para la independencia y la libertad personal.

Lo bueno de decir lo que opinas de un modo sincero y honesto, aunque no agrade a todos, es que tiene un efecto muy beneficioso. Es, como decía en Twitter, similar a hacer limpieza en un trastero. Al perder seguidores vas a deshacerte de algo que está quitándote sitio o impidiéndote moverte con libertad, pero vas a conservar aquello que realmente te ayuda a progresar.

Creo que es importante empezar a pensar en términos de calidad de seguidores, de construir comunidades coherentes con tu estrategia en lugar de obsesionarse por hacer crecer unos números que, a partir de cierto punto, son sólo eso, una cifra.

Ultimamente me han dicho varias personas que lo que más aprecian de lo que hago son dos cosas, la coherencia y el sentido común. No me han dicho que sea una lumbrera o que mis ideas sean supersofisticadas. La frase que suele resumir lo que piensan de mi trabajo es: «Menos mal que hay alguien que se atreve a decir lo que muchos pensamos».  Y como podrás pensar eso está al alcance de cualquiera. Sólo hace falta valor, valores claros…y ser un poco inconsciente.

NOTA: El día 21 de mayo Telefónica nos ofrece una conferencia de Tim Clark, coautor de Tu Modelo de Negocio que creo que es imprescindible. Yo no me la pierdo.





Compartir esta publicacion