Del Branding Personal a la Estrategia Personal

Si no te has aislado del mundo en los últimos meses seguramente te habrás dado cuenta que, de pronto, hay un interés repentino en lo que denominan la Marca España. De repente, los políticos y fuerzas vivas de nuestro país han descubierto que la credibilidad y la confianza en todo lo que esté asociado a lo español está por los suelos. Desde las finanzas hasta el deporte (excepto el futbol) parece que nadie está dispuesto a «comprar» España.

Para tratar de mejorar esa reputación, los políticos creen que todo se arregla gestionando la visibilidad, la publicidad o el marketing y se dedican a hacer lo que mejor saben, a ir a saraos y eventos con mucho canapé pero poco contenido y a gastar mucha pasta en campañas de imagen.

Esto puede escandalizarnos, enfadarnos o hacernos sentir idiotas, pero cuando dejamos de mirar a la clase política y nos miramos a nosotros mismos comprobamos que, en muchas ocasiones, actuamos igual.

Desgraciadamente, y esto es algo que me duele terriblemente, con la Marca Personal ha ocurrido exactamente lo mismo. Cuando se habla de Branding Personal muchos han acabado asociándolo a imagen, publicidad o marketing dospuntocero.

Se ha extendido la idea de que la fortaleza o debilidad de una Marca Personal es consecuencia de la notoriedad, la visibilidad o el ruido que hagas, especialmente en el mundo «online». Parece que si tu reputación está por los suelos se debe a que no tienes una cuenta en Twitter o has puesto una foto inadecuada en Facebook.

Pues bien, ni la reputación de un país ni la reputación de una persona son buenas o malas por la publicidad que se haga en un momento concreto sino por la forma en que se percibe tu comportamiento, tu trabajo y tu esfuerzo a lo largo del tiempo. La notoriedad dospuntocero, la publicidad o las campañas de imagen unicamente pueden hacer visibles los resultados de lo que has hecho. Y es ahí en donde está la madre del cordero.


Desde hace algún tiempo estoy trabajando en ir más allá del Branding Personal. Alguna vez lo he comentado en este blog. Básicamente las razones son las que he comentado.

La primera es que, como tantos otros conceptos interesantes, este se está corrompiendo y prostituyendo a toda velocidad. La culpa es de quienes se denominan expertos en Branding Personal pero sólo ponen esta etiqueta a algo que dicen que saben hacer, desde academias de peluquería hasta diseñadores de logos pasando por «expertos» en Linkedin, profesionales del SEO o fanáticos del «Elevator Pitch».

La segunda es que la Marca Personal no es un objeto, un servicio o algo que se compre y ya se tiene para siempre. La Marca Personal es el resultado de una ESTRATEGIA, de un PLAN, de una VISIÓN, de unos ESTÁNDARES a la hora de hacer las cosas.

La Marca España o la Marca Personal será fiable, creible y valiosa si se ha actuado de un modo coherente, consistente, persistente y relevante a lo largo del tiempo… mucho tiempo. Y si no hay un Plan Estratégico Personal, no hay campaña de imagen que lo aguante.

Los «mercados» y los «empleadores» no se dejan engañar por unos cuantos colorines y efectos. Un profesional en transición, un autónomo o un directivo deberían preocuparse más por su proyecto profesional que por tener muchos «followers», por el color de su corbata o por su posición en los buscadores.

La Marca Personal es la consecuencia de un proyecto personal correctamente gestionado. La visibilidad es necesaria, pero también lo es el trabajo bien hecho, el aprendizaje continuo, el I+D personal, la Productividad Personal de la que tanto sabe el maestro Bolivar y unas cuantas cosas más. Tenemos que pensar en nuestra profesión como en nuestra empresa y eso significa que, además del marketing y el branding, hay muchas otras cosas en las que trabajar.





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