La Marca Personal es para unos pocos

Tras todos estos años de trabajo e investigación sobre el Branding Personal he terminado por asumir que este concepto no es para todos. No es que se trate de algo elitista o clasista o que requiera unos recursos solo disponibles para unos pocos, todo lo contrario. La clave de la creación de una Marca Personal fuerte no está en los elementos exteriores (dinero, medios o formación) sino en la cabeza y en el corazón. Y eso divide al mundo en dos tipos de personas, las que están dispuestas a luchar y las que se quedan paralizadas esperando que ocurra algo.

Cuando hablo de Marca Personal con una persona con mentalidad de «empleado» (aunque sea autónomo o esté en el paro) lo paso realmente mal. No concibo que alguien pueda dejarse llevar de esa manera sabiendo que, tarde o temprano, tendrá que salir a buscarse la vida (posicionarse como un/a profesional reconocido/a).

Cuando mantengo una conversación con alguien así, me paso la mayor parte del tiempo luchando contra las excusas (soy mayor, soy joven, no tengo experiencia, tengo demasiada experiencia,…). No se dan cuenta que el Branding Personal es una herramienta muy útil para ellos y no una fe que hay que abrazar en la que yo soy algo así como un misionero que trata de convertirles.

Cuando trabajaba buscando proveedores veía algo parecido en algunas empresas. En esos años conocí excelentes compañías que permanecían invisibles y que, por lo tanto, debían vender sus productos casi a precio de coste para que las empresas de distribución hiciesen su marca blanca. Me daba mucha rabia que esas compañías no trabajasen su posicionamiento para aumentar su valor. Tenían todo lo necesario para estar entre las grandes marcas pero les fallaba algo más importante: Sus directivos no creían en ellos mismos ni en lo que hacían. Igual que muchas personas.

Por lo tanto, cada día que pasa veo con más claridad que el Branding Personal es un concepto para personas con ganas de comerse el mundo, con mentalidad de conquistadores, con ambición sana (o insana), con motivación para cambiar las cosas. Y en nuestra sociedad solo hay un perfil que se adapte a esa descripción, se trata del Emprendedor/a.


Un proceso de Branding Personal empieza cuando se establece un objetivo, cuando hay una visión que te motiva, cuando tienes claras las prioridades y los valores y cuando tienes un plan que reuna todo eso. Es muy fácil trabajar la Marca Personal con emprendedores porque todo eso ya lo traen «de serie». Lo que deben hacer con ellos mismos es algo que ya han asimilado en sus propios proyectos.

Sin embargo, los profesionales con mentalidad de «empleados», carecen de objetivos propios (tienen los que otros les imponen), el único motivo (no motivación) para seguir trabajando es una nómina y, en el mejor de los casos ni se han planteado sus valores ni, por supuesto, han creado algo parecido a un plan.

Ojo, aqui no estoy hablando de definiciones administrativas o burocráticas de lo que es un emprendedor o un autónomo y un empleado o profesional por cuenta ajena. Se trata más bien de una actitud mental. He conocido funcionarios y profesionales de empresa con una mentalidad emprendedora brutal y a autónomos que parecen burócratas en un ministerio en los años sesenta.

Lo he dicho aquí muchas veces y lo repetiré las veces que sea necesario. Una Marca Personal va desde dentro hacia fuera. Se empieza por lo 0.0 y se acaba en lo 2.0 pero no al revés. Si no se tienen claros los fundamentos y los pilares de la identidad personal, todo lo demás se desmoronará pronto. Cuando alguien tiene claro todo eso y se pone en marcha no tiene asegurado el reconocimiento y el éxito pero tiene todas las papeletas para acercarse mucho. La mala noticia es que hay muy poca gente así. La buena noticia es que hay muy poca gente así… por lo tanto, es muy facil sobresalir.





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