Busca las respuestas en tu estrategia

Ayer estuve en el Campus Party y participé en un debate sobre Branding Personal 2.0 con gente tan interesante como Iruri Knorr, Fernando (La Trinchera), Yago de Marta y Soraya Paniagua. Creo que estuvo bastante animado y hubo alguna polémica amistosa. Creo que puede verse aquí (1ª Parte, 2ª Parte).

En la conversación y en las preguntas que se hicieron en Twitter surgieron algunas dudas habituales cuando se habla de este concepto. ¿Es mejor utilizar tu propio nombre o uno «de guerra»? ¿A cuanta gente hay que seguir en las Redes Sociales? ¿Como se evalúa la fortaleza de una Marca Personal?

Cuando alguien hace esas preguntas supongo que espera una respuesta definitiva o una receta general, pero eso no es posible. El Branding Personal, igual que ocurre con muchas otras materias, consiste en establecer una serie de procedimientos básicos para poder crear algo nuevo o ejecutar una acción, pero no existe una fórmula mágica que sea aplicable a todo el mundo igual.

El Branding Personal se parece a conducir. Existen instrumentos que puedes utilizar y normas que hay que cumplir, pero, a partir de ahí, puedes establecer una ruta y seguirla (o no) y en el camino vas a encontrar cosas que no esperabas. Al final puedes llegar a tu destino de muchas formas distintas, pero no es posible hacer algo exactamente igual que otras personas o incluso es imposible que si realizas dos veces el mismo trayecto, todo sea igual.

Por ejemplo, yo siempre digo que, cuando quieres posicionarte como individuo, es una buena idea utilizar tu propio nombre para darte a conocer en lugar de un nombre corporativo. Pero siempre hay alguien que me dice, y con razón, que yo utilizo @marcapersonal en Twitter y mi web es www.marcapropia.net o www.brandingpersonal.com (aunque también www.andresperezortega.com). ¿Es eso una contradicción? Lo sería si considerásemos que lo de utilizar tu nombre es una regla general e inamovible. Lo que ocurre es que hay algo más importante que las Leyes Generales, y se llama Estrategia.

El Branding Personal consiste en diseñar estrategias para que una persona sea conocida, reconocida y valorada por su mercado de modo que aumente sus opciones de ser escogida (como empleado, asesor, socio,…). Esa es la filosofía de la Marca Personal y ahí está la respuesta a muchas de las preguntas que surgen cuando se habla de posicionamiento profesional o personal.


¿Hay que utilizar un nombre «de guerra» o tu propio nombre? Pues la respuesta surgirá cuando revises tu estrategia. En mi caso, lo que pretendo es lanzar un concepto y asociarlo con mi nombre. Cuando empecé con esto, apenas se hablaba de Marca Personal o de Branding Personal, así que tuve la oportunidad de utilizar esos términos tal cual. Yo desarrollé y divulgué un concepto y lo asocié a mi nombre.

Si un Coach o un Community Manager tuviese el nick @Coach o @CommunityManager en Twitter, le recomendaría que los utilizase sin dudarlo. Pero siempre, insisto, siempre debe aparecer tu nombre muy cerca del concepto. Si estás en un mercado muy maduro o con muchos profesionales, creo que el elemento diferenciador único eres tú mismo. Por eso creo que es importante utilizar tu nombre y asociarlo a un concepto. Justo al revés de lo que he hecho yo. Ambas opciones son buenas si se ajustan a tu estrategia.

 ¿A cuanta gente hay que seguir en Redes Sociales? Pues más que un número, aquí de lo que se trata es de seguir (y ser seguido) por aquellas personas que mejor se ajusten a tu estrategia. Se trata de llegar a tu mercado, a quienes pueden establecer relaciones que te ayuden a alcanzar tus objetivos. Si te siguen las cincuenta personas relevantes de tus sector será mucho más interesante que tener 20.000 followers que solo observan. Si tu objetivo es llegar a un nicho muy reducido, invertir en generar visibilidad entre quienes no forman tu mercado, es una forma poco eficaz de gestionar tus recursos. 

¿Cómo se evalúa la fortaleza de la Marca Personal? En mi opinión, más que evaluar fortalezas («la mía es más grande») hay que valorar resultados. Y de nuevo volvemos a la estrategia. Si te has marcado unos objetivos, lo importante es comprobar si lo que estás consiguiendo se ajusta a lo que pretendías o no.

Por lo tanto, mi recomendación es que no trates de buscar respuestas generales o decálogos con soluciones universales. Diseña tu estrategia, establece objetivos, metas, tareas. Y a partir de ahí toma las decisiones oportunas. De ese modo evitarás tener que estar cambiando de rumbo o lanzarte a la última tendencia o novedad solo porque todo el mundo lo hace o porque lo dice una persona «influyente» en La Red pero que desconoce quién eres o a qué te dedicas.





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