Los pequeños detalles hacen la Marca Personal

Desgraciadamente parece que en dospuntocerolandia se está generalizando la idea que «reduce» el Branding Personal al uso de Redes Sociales y otras herramientas online. Parece que, de pronto hay que conseguir un efecto global y enorme. Pero no me cansaré de repetir que la Marca Personal se desarrolla y fortalece por los pequeños detalles, por cosas aparentemente sin importancia e incluso por acciones que no va a conocer nadie más que quien las ejecuta.

Ya sé que puede parecer absurdo pensar que una persona puede reforzar su posicionamiento cuando nadie se entera de lo que hace, pero realmente es en esos momentos en los que la marca demuestra su autenticidad.

La musculatura de tu Marca Personal se desarrolla igual que cuando sales a hacer ejercicio casi de madrugada. No te ve nadie. Ni lo haces para que te vean. Pero poco a poco, esa disciplina va cambiando algo en tí. Tarde o temprano saldrá a la luz (o no, pero eso no es lo importante). Y no tienes  que ganar unas Olimpiadas para que merezca la pena.

Con toda la movida del 15M (parece la abreviatura de los 15 minutos de fama que decía Warhol) he visto como mucha gente decía cosas como: «Queremos hacer historia», «Vamos a cambiar el mundo» y expresiones grandilocuentes por el estilo. En esos momentos me preguntaba si quienes decían eso habían intentado antes cambiar lo que tienen más cerca o incluso algo más dificil, cambiarse a sí mismos.

Pero una marca, personal, comercial o de cualquier otro tipo se deja poco a poco, gota a gota, paso a paso. La clave de las marcas fuertes es el contacto, no el impacto. Las marcas se fortalecen cuando se gestiona bien lo local, lo personal, lo cercano y no lo global o lo general. De hecho, es suicida pretender convertirte en una estrella mediática si no tienes unos pilares sólidos.

Hace bastantes años, en la segunda empresa en la que trabajé, tuve que ir a una de las sedes que estaba en Treviso (Italia). Eran varios días de reuniones, así que, una de las tardes en que terminamos pronto, decidí coger el tren de cercanías y dar un paseo por Venecia que estaba cerca.


Al volver a España y preparar la nota de gastos, se me ocurrió incluir el billete de ese viaje corto que no ascendía a más de tres o cuatro euros (aunque todavía usábamos pesetas). Mi jefe (y también amigo) me dijo que no podía incluir ese gasto porque era algo que no tenía que ver con el trabajo. Le discutí que si estaba fuera de casa varios días, tenía «derecho» a un pequeño dispendio como ese.

Al final, no sin un cierto mosqueo por ambas partes, entendí que no se trataba de negociar una cantidad tan ridícula, sino de algo más importante: La honestidad, la credibilidad, los valores. Y todo eso no se construye con grandes acciones o mediante golpes de efecto sino con el trabajo constante y casi siempre silencioso. Mi jefe (y también amigo) podía haberse ahorrado esa discusión, pero ahora le agradezco que no lo hiciese. Me dejó su marca.

En La Red parece que todo se basa en los grandes números. Cuanto más mejor. Lo importante no es la estrategia, la planificación, la reflexión sino la ejecucion y las tácticas cortoplacistas.  Quizás puedas pensar que tres o seis meses es un plazo enorme y que 1.000, 10.000 o 1.000.000 de «fans» es algo alucinante. Pero eso son solo números y el tiempo pasa mucho más rápido de lo que te piensas (ya hablo como un vejete).

Dentro de dos o tres años, nadie se acordará de tus followers, y posiblemente no exista ni Twitter ni Facebook. Ahora puedes reirte pero piensa en SecondLife o MySpace. Pero en ese periodo habrás tenido la oportunidad de forjar unos hábitos, de desarrollar una forma de hacer las cosas (aunque nadie lo sepa) que van a dejar una huella en tu entorno (especialmente el más cercano). Es eso lo que debes trabajar.

Puede que pienses que nadie se va a fijar en lo que haces, pero por experiencia te aseguro que todo se sabe y/o se nota. Todas nuestras acciones, a la larga producen un efecto. Y no olvides que la primera persona a la que debes dejar una marca es la que ves cuando te pones delante de un espejo.





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