No te agarres a un logo ardiendo

Uno de mis autores favoritos de novelas de evasión era Michael Crichton. Digo que era porque falleció hace un par de años. Siempre se van los mejores (anteayer perdimos a Leslie Nielsen). Pero Crichton, además de novelista, era médico y un gran viajero. Uno de sus libros se llama Viajes y Experiencias y narra muchas historias relacionadas con sus andanzas por el mundo.

En alguna parte de ese libro dice que una de las cosas que más le impresionó cuando empezó a viajar es lo vulnerables que somos. Quienes hemos nacido en el mundo occidental estamos acostumbrados a que, al dar a un interruptor, se encenda una luz o que salga agua caliente al abrir un grifo.

En esta burbuja en la que nos hemos educado, hemos dado por supuestas demasiadas cosas. Pero Crichton explica que lo habitual es que en muchos sitios no solo no existan esos lujos sino que, en muchas partes, la propia vida no tenga ningún valor.

Quizás por eso, todavía no somos capaces de asumir que esta crisis puede hacernos bajar de la nube más rápido de lo que pensamos. Supongo que esa moda de los mercados medievales es una estrategia del gobierno para que vayamos haciéndonos una idea del mundo al que nos dirigimos.

En el mundo profesional está ocurriendo algo parecido. Conozco a muchos profesionales que no ven (o no quieren ver) que muchas de las suposiciones anteriores ya no son válidas. Expresiones como «En esta empresa no echan a nadie», «¿Cómo me van a despedir con los años que llevo?» o «Mandarme a la calle les saldría demasiado caro», «El gobierno no nos va a dejar tirados» han quedado obsoletas.


Hay demasiada gente viviendo bajo el paraguas roto de la marca corporativa. Se sienten muy seguros agarrándose a un logo ardiendo, pero saben que es cuestión de tiempo el que «les toque» a ellos. Es el momento de despertar y darse cuenta que una Marca Personal es lo único que puede protegerles de la tormenta.

Llevamos demasiados años poniéndonos en manos de otros. Y ahora hemos descubierto que esos otros no solo no nos protegen sino que encima nos van a hacer pagar por sus errores. Pero la responsabilidad no es solo suya. Nos hemos vuelto cómodos y hemos dejado que otros asuman nuestras responsabilidades. Pero cuando uno deja sus decisiones en manos de otros lo que hace es ceder parcelas de libertad. Poco a poco se convierte en la marca de quién decide por él o ella.

Pero el Branding Personal implica ante todo asumir las decisiones propias, saber plantarse cuando se sobrepasan ciertas líneas rojas, estar dispuesto a pagar un precio por defender aquello en lo que uno cree. La Marca Personal es dificil de desarrollar y dura de mantener. Tener un criterio propio te va a obligar a dejar de lado algunas (muchas) comodidades, pero va a proporcionarte la libertad de poder elegir.

Creo que está llegando el momento de soltar ese logo ardiendo (empresarial o ideológico) y asumir que la única marca que va a ayudarnos a salir adelante es la nuestra y la de quienes son como nosotros. Hasta ahora era algo opcional, ahora empieza a ser obligatorio. De lo contrario acabaremos viviendo como en una de las últimas novelas de Crichton, en un Estado de Miedo.





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