Química Recreativa XXX: Bere Casillas y el Modelo de Rutherford

En el año 1911, Ernest Rutherford hizo un experimento. Se dedicó a lanzar partículas alfa contra una fina lámina de oro para analizar como se desviaban de su trayectoria. Hasta ese momento se pensaba que los átomos tenían una distribución homogénea de cargas positivas y negativas. Así que se esperaba que las partículas que lanzaba contra la lámina, en promedio, no se desviarían demasiado.

Cual fue su sorpresa cuando vió que la mayoría de las partículas no se desviaban, pero las que lo hacían, rebotaban y volvían atrás. Es como si unas chocasen contra un muro y las otras ni se enterasen. De ahí concluyó que en los átomos, la mayor parte del espacio estaba vacío, pero que había una zona, el núcleo, con masa suficiente como para devolver las partículas alfa.

En el mundo de las Marcas Personales está ocurriendo algo parecido. Hasta ahora suponíamos que las personas que dejaban huella tenían una distribución homogénea de relevancia, confianza y visibilidad. Para que alguien alcanzase el estatus de experto, debería ser bueno, creible y conocido en su campo.

Sin embargo, desde que existe la posibilidad de que cualquiera pueda darse a conocer en todo el mundo, empiezo a pensar que si lanzásemos partículas alfa para comprobar la solidez del posicionamiento, encontraríamos mucho espacio vacío.

Cada día estoy más centrado en la etapa de diseño de producto, oferta o contribución profesional que en la de promoción y visibilidad. Creo que se está perdiendo de vista el núcleo, el «core» profesional y se está dejando todo en manos de los electrones, de la capa externa.

En este contexto, está triunfando un profesional «atípico» en este mundo dospuntocero. Se trata de Bere Casillas.

El caso Bere debería aparecer en todos los libros de Branding Personal del mundo. Es cierto que Bere ha sido apoyado por gente de primer nivel en cuestiones de marketing online. Cuando conoces a Bere te da la sensación de que todo lo que te han dicho de él se ha quedado corto. Se lo lleva currando desde hace años. Es un profesional fiable, cercano, agradable y positivo. En resumen, reune todas las cualidades para tener una Marca Personal fuerte.


Pero Bere tiene algo de lo que carece mucha gente del mundo dospuntocero (incluido yo). Tiene un producto, tangible, visible, atractivo y 1.0. Sería comparable al modelo previo al de Rutherford, un profesional sólido y homogéneo.

Si le pides a un community manager, a un coach o a un experto en redes sociales, que te explique a qué se dedica, seguramente le costará un poco (o mucho) y quizás no te quede claro. Te da la sensación de que el átomo está vacio. Si se lo pides a Bere, solo tiene que enseñarte un traje o explicarte como hacerte el nudo de la corbata.

Antes que una marca, tiene que haber un producto que la sustente. Cuanto más intangible es esa oferta, más dificil va a ser posicionar tu marca. Por eso es fundamental que encuentres la forma de hacer visible, tangible o al menos reconocible lo que haces.

Eso ocurre incluso en el caso Jobs vs. Gates. Vale, es cierto que Jobs se ha forjado una leyenda personal mientras que Gates parece un contable aburrido. Pero Jobs cuenta con una ventaja. Cada vez que se convierte en el centro de atención, va acompañado de un cacharro, un iAlgo que mola. Para Gates debe ser mucho más dificil salir a explicar la última versión de Access «a pelo».

Lo paradójico es que el mundo 1.0 en el que hay muchas cosas que mostrar, no está sabiendo hacer las cosas como Bere. Sin embargo, parece que dospuntocerolandia está lleno de profesionales rutherfordianos en los que al lanzar partículas alfa en forma de preguntas, te das cuenta de que casi todo es espacio vacío. 

Quizás es necesario encontrar el modo de pensar menos en la capa de electrones que dan una falsa sensación de solidez y empezar a trabajar en hacer que el núcleo, el «core», lo que realmente importa, sea cada vez más grande.





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