Cuestión de probabilidades

Es curioso como, a pesar de los años, siguen apareciendo libros y personajes que prometen éxito, dinero, amor o felicidad en un plazo breve de tiempo. Lo que me llama la atención no es la rapidez de los resultados sino el hecho de que garanticen algún tipo de resultado.

Siempre he dicho que el Branding Personal requiere tiempo, trabajo, persistencia y consistencia. Y puede que, incluso siendo disciplinado, cueste alcanzar los objetivos o no se alcancen nunca. Eso ocurre con las Marcas Personales del mismo modo que ocurre con las comerciales.

En esta vida solo sabemos que hay dos cosas seguras, la muerte y los impuestos. Todo lo demás es impredecible. Pero eso no significa que todo sea caótico y aleatorio, simplemente indeterminado.

Solo hay una cosa que podemos controlar (y no siempre), nosotros mismos. Sin embargo, siempre podemos tratar de ejercer algún tipo de influencia sobre el entorno. Porque, en realidad ¿Qué es una marca? simplemente es una forma de generar cierta sensación de confianza, de predecibilidad en un mundo incierto. ¿No es eso una forma de influir, de hacer que otros actúen como deseamos, de reducir los grados de libertad?

No podemos asegurar que alguien vaya a contratarnos, pero podemos aumentar las posibilidades de que lo haga.
No podemos obligar a nadie a que se interese por nuestra idea, pero podemos hacérselo más sencillo.
No podemos cogerle la mano a nadie para que nos señale y nos elija, pero podemos hacer todo lo posible para indicarle el camino.

Todo esto de la Marca Personal, de conseguir convertirnos en la opción preferente y finalmente elegidos, es una «simple» cuestión de probabilidades. Posicionarte como deseas es solo una combinación adecuada de apuestas para conseguir un «premio».

A todos se nos ha dado unas cartas con las que jugar. Unas son mejores y otras peores, pero siempre podemos hacer algo con ellas si conocemos las reglas (y algunos trucos). Hay algunos que hacen maravillas con unas cartas de mierda y otros son incapaces de ganar con una escalera de color. Los hay que incluso hacen trampas y se sacan cartas de la manga. Pero esa es otra historia.

Si quieres posicionar tu Marca Personal es importante que decidas a qué quieres jugar, cuanto estás dispuesto a apostar y durante cuanto tiempo.


En este momento, hay quien dice que herramientas como Twitter son buenas para posicionar la Marca Personal. Sin embargo, en mi opinión no es una de las mejores apuestas que se pueden hacer para posicionarte. Es sencilla, es rápida, es barata. También es divertida, entretenida y engancha.

Pero en mi opinión, twitter es como el «rasca y gana», el bingo o una tragaperras. Algo agradable, con recompensa inmediata, relativamente fácil y en la que puedes conocer gente, pero que da premios pequeños y solo si juegas mucho, muchísimo. Hay quién puede dejarse «el sueldo» en una de esas máquinas.

Podríamos comparar los blogs o algunas Redes Sociales «serias» como una apuesta mayor, algo así como las quinielas o las carreras de caballos. Aunque influye el azar, es posible tener un poco más de control o, al menos conocimiento, de las variables que influyen. Eso implica que el premio puede ser mayor y siempre puedes tener algunas pequeñas recompensas.

Sin embargo, si quieres aumentar sustancialmente las probabilidades de éxito, debes hacer apuestas más grandes. Una apuesta mayor implica un coste mayor. Normalmente lo que se pone sobre la mesa no es dinero sino tiempo e ideas.

Conseguir dar una conferencia en un foro apropiado, publicar un artículo en un medio importante o escribir un libro son apuestas de más enjundia. Puedes perderlo todo, pero también puedes aumentar enormemente las probabilidades de ser reconocido como un profesional de referencia.

Por lo tanto, si quieres posicionarte como experto, conseguir el trabajo de tu vida o ese ascenso que se te ha escapado tantas veces, debes elegir bien donde vas a poner tus recursos. Si quieres aumentar las posibilidades de llegar donde deseas debes hacer las apuestas correctas en cantidad y calidad.

Tu decides si quieres «invertir» tus recursos escasos en el bingo, las tragaperras o el «rasca» del mundo 2.0 o decides hacer tus apuestas en otros «casinos» aunque sean 1.0 o 0.5 en los que el premio es mayor.

¡Ah! Y no hagas caso a quienes te dicen que pueden enseñarte a adivinar el número de la Lotería de Navidad.





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