Mitos de Marca Personal II: La Diferenciación

Si lees algo sobre Marca Personal (o marca en general) o asistes a alguna conferencia en la que se hable del tema, verás que uno de los tópicos que más se repiten es el de la diferenciación, el de ser distinto.

Lo mismo que en otros actos ocurre con el significado de Crisis en chino (si, todavía hay gente que lo cuenta) o con el discurso de Jobs en Stanford, esto de la diferenciación es algo que debe aparecer en una conferencia, curso o ponencia de alguien que vaya de «experto» en Marca Personal.

Con esta serie de los Mitos de la Marca Personal no pretendo decir que no tengan cierta importancia si se utilizan bien, pero no puede tomarse la parte por el todo (metonimia) como suele ocurrir con frecuencia.

Si, vale, todos hemos oido leyendas urbanas sobre alguien que conoce a alguien que le dijo que leyó que un tío envió su CV envuelto en un plátano a una agencia de publicidad y le cogieron porque les pareció genial. Francamente, si tienes interés en que te tomen en serio, aparca este tipo de historias junto a la de la chica de la curva.


Hay gente que dice que tener una Marca Personal es diferenciarse, es ser original y se queda tan campante. Lo cuentan como si esa diferenciación se basase en lo externo, en alguna característica que te convirtiese en algo así como Madonna pero en el mundo del mercado laboral. Lo que olvidan es que la verdadera diferenciación viene de lo que puedes ofrecer, se basa en sobresalir-distinguirte por aquello que haces bien, mejor que el resto. Incluso Madonna puede permitirse ser extravagante porque ante todo es una excelente profesional con muchos años de experiencia a sus espaldas.

Aquí tienes algunas reflexiones sobre este mito:

  1. La diferenciación para el que se la trabaja. Los genios pueden ser extravagantes y diferentes porque ante todo son buenos en lo suyo. Cuando alguien pretende imitar sus rarezas siendo mediocre en su oficio lo único que consigue es hacer el ridículo. Tener un aspecto «distinto» no te convierte en un referente en tu campo.
  2. Ser «diferente» genera desconfianza. Al ser humano le gustan los que son como él. No queremos sorpresas. Por eso hay que ir a las entrevistas con chaqueta y corbata o traje de ejecutiva. Por eso nos vestimos como nuestros colegas. Por eso evitamos «sacar los pies del plato». Para aceptar a alguien debe parecer «uno de los nuestros». Y la marca se basa en la confianza. Si antes de generar esa credibilidad en tu entorno te has dedicado a ser percibido como «rarito», te habrás cargado tu Marca Personal antes de empezar.
  3. Ser diferente no es ser extravagante. Si quieres posicionarte, debes hacerlo reforzando la comunicación de tus atributos. No se trata de llamar la atención, sino de conseguir que esa atención se dirija a un aspecto concreto de tu personalidad o profesionalidad. Si, por ejemplo, como Tom Wolfe, te has ganado una reputación de escritor elegante, podrás ir con esos trajes blancos. Mientras tanto, si lo haces, lo más seguro es que te consideren un capullo.
  4. Impacto vs. Contacto. Creo que no hace falta repetir más veces que el Branding Personal se basa en la persistencia, el tiempo, el trabajo, la coherencia. Una Marca Personal se construye sobre el contacto, no sobre el impacto. Si lo que quieres es llamar la atención, diferenciarte, eso es sencillo, solo tienes que salir en pelotas a correr por la calle o por la final del Mundial de futbol. Pero eso no es diferenciación, ni va a posicionarte como un profesional de referencia (salvo que seas stripper). La diferenciación se construye poco a poco y tratando de ocupar un lugar de honor en la mente de tus «clientes». Se trata de conseguir destacar por un atributo concreto y no por mostrar tus atributos.
  5. Utilidad vs. Emoción. Para destacar profesionalmente, ante todo debes ser bueno en tu trabajo. Parece que las últimas décadas todo se ha vuelto emocional. La publicidad, la dirección de empresas, la política, la inteligencia… Pero al final compramos y decidimos por la utilidad de las cosas. Ya se que es dificil porque ahora hay de todo, porque todo (y todos) se ha convertido en un «commodity», pero siempre es posible encontrar un rasgo diferenciador. No digo que no nos distingamos por nuestro equilibrio emocional, lo que opino es que en el mundo profesional se sigue valorando a quienes sean resolutivos y capaces de generar ingresos, aunque sean unos hijos de puta desequilibrados (o precisamente por eso).

Como digo, os recomiendo que siempre pongáis en cuarentena todo lo que os cuenten sobre Branding Personal (o sobre cualquier otra cosa), incluido esto que os digo. Si véis que todo el mundo cuenta lo mismo sobre un asunto pero hay alguien que se desmarca (se diferencia), quizás este tenga razón. Un profe del master decía que cuando todo el mundo se sube a un tranvía excepto uno, debes preguntarte por las razones que le hacen quedarse en tierra. Y sobre todo, utilizad el sentido común, y si hay algo que no os cuadra, seguramente tendréis razón.





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