Si no avanzas, retrocedes

En los últimos días he visto como los que dirigen a los empresarios pedían al gobierno que les sacase del agujero en el que ellos mismos se habían metido. Pero al mismo tiempo demandaban mayor flexibilidad en los despidos. Supongo que no saben aquello de que no se puede sorber y soplar al mismo tiempo. Como liberal, aunque eso esté muy mal visto ahora, creo que cada uno debe asumir su propia responsabilidad y pagar por sus errores. Pero parece que el día en que enseñaron eso, ellos no fueron a clase.

Mientras eso ocurría, no hemos tenido señales de vida de esa mezcla de mitología y leyenda urbana, que como los unicornios o el monstruo del Lago Ness, dicen que una vez existieron y que denominan sindicatos. Nunca he tenido ninguna fe en esos entes a los que considero la antimarca personal. Para ellos no existen personas, solo existe PERSONAL, COLECTIVO o cualquier otra denominación sin nombre y apellidos. Pero hay que reconocer que son la media naranja, la coartada perfecta de los anteriores.

¿Que quiero decir con todo esto? Pues que estamos más solos que la una. Que nos sacamos las castañas del fuego nosotros mismos o nos van a dar por todos lados. Una vez leí y creo que alguna vez he escrito aquí que «nacemos solos, llorando, desnudos y ensangrentados y a partir de ahí la cosa empeora». Pues creo que en este momento eso es más cierto que nunca.

Quienes nos dirigen, gobiernan, ¿defienden? o contratan solo piensan en salvar su propio culo. Si crees que alguien te va a echar una mano, puedes esperar sentado.


Es el momento de que hagas algo. Tener un empleo no significa nada. Quizás has podido «aguantar» hasta ahora, pero en este momento debes moverte, porque todo está cambiando. Si no avanzas, retrocedes.

En todas las empresas en las que he estado, el fracaso no era perder sino crecer menos de lo que se esperaba. Como empresa unipersonal YO, S.A. debes moverte ya. Este no es el momento de actuar como el avestruz o de desaparecer. Ahora es cuando hay que ponerse las pilas.

Establece un objetivo. Quizás sea simplemente aguantar el tirón y que no te despidan. Quizás sea aprovechar la crisis para hacer algo diferente. No lo se, pero si no visualizas un futuro deseado, vas a ir dando tumbos o de los van a dar.
Diseña tu oferta profesional. Como ayer hacía Raúl, plantéate que es lo que vendes y trata de diseñar tu «producto». Piensa en beneficios, no en «especificaciones». Aprende, recíclate, olvídate de lo que has estudiado, de tu «job description» o de tu jodido CV. Échale imaginación. Eres mucho más de lo que te dicen que eres.
Descubre tu Marca Personal. Identifica todo aquello que te hace fiable para tu «mercado». Encuentra la forma de establecer vínculos emocionales con él.
Dirígete a tu nicho. Identifica a tu cliente (aquel que te va a dar lo que necesitas a cambio de tu «producto»). ¿Tu jefe? ¿el jefe de tu jefe? ¿un headhunter?
Hazte visible. Haz presentaciones en tu empresa, llama a viejos amigos y colegas, escribe un blog, un artículo, un libro. Asiste a eventos de tu sector.
Haz algo. Pero hazlo de una puñetera vez. Porque si no avanzas, retrocedes. Y si esperas ayuda de arriba, lo mejor es que la esperes de muy arriba y te pongas a rezar si todavía crees en algo.





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