Las bolsas del «super» y los profesionales sin marca

Quizás en los últimos tiempos habéis detectado que las bolsas del supermercado se rompen con más facilidad, que son más finas o que parecen peores o más pequeñas. Eso tiene una explicación.

Esas dichosas bolsas del supermercado que te cobran en algunos sitios fue uno de los productos que tuve que negociar como responsable de compras. Aparentemente es un producto sencillo, pero el volumen que mueve es muy, muy importante y la responsabilidad del comprador, también.

Cuando las negociaba hubo, como ahora, un incremento importante de los precios del petroleo. Las bolsas de plástico son un derivado del oro negro y su fabricación es sencilla y casi sin mano de obra. Por lo tanto, la repercusión en el producto era directa e indiscutible. Mi obligación era mantener precios sin reducir la calidad ni el servicio, punto.

Para un comprador de este tipo de productos no hay demasiados problemas… siempre hay otro que te de un precio más barato. Pero esa no ha sido nunca mi forma de actuar y en aquel momento conseguimos encontrar soluciones que nos permitieron ganar a todos y superar la crisis. Solo hay que tener un poco de confianza y creatividad. Por ejemplo, introduciendo otros productos de su catálogo.

Cuando no se consigue establecer un compromiso entre proveedor y cliente puede ocurrir de todo. Si no cedes en algo, la goma no se puede estirar infinitamente y antes o después se rompe por algún lado. Si el proveedor quiere sobrevivir acabará dejándote (ocurre pocas veces si dependen de ti), reduciendo algún atributo (quitando un poco de plástico o utilizando otro de peor calidad) o simplemente cerrando la empresa y despidiendo gente.


En cualquier caso, la responsabilidad es de los que gestionan la empresa proveedora por no ser capaces de plantarse o tomar decisiones correctas a tiempo. Durante las vacas gordas hay que preveer este tipo de situaciones.

Pues bien, en demasiadas ocasiones, los profesionales nos comportamos como esos gerentes miopes. Somos proveedores de servicios (aunque te paguen una nómina) y estamos en peor situación que cualquiera de mis viejos proveedores de bolsas.

  • Como empleados, tenemos un único cliente que consume el 100% de nuestra producción.
  • Nos centramos en servir y atender sus exigencias descuidando nuestras necesidades.
  • Somos facilmente sustituidos en cuanto aparece otro proveedor más barato.
  • Siempre se nos puede pedir un esfuerzo más porque no tenemos más clientes.
  • Hay muchos proveedores deseando entrar a cualquier precio.
  • Con el tiempo podemos irnos (pocas veces), reducir la calidad de nuestro trabajo o ser despedidos. O todo a la vez.

Si somos empresas unipersonales, debemos pensar como proveedores de servicios.

  • Debemos pensar en actualizarnos constantemente. Tenemos los medios.
  • Si la empresa no te ha dado un curso de formación desde hace años, utiliza Internet para ponerte al día en lugar de leer el Marca o ver vídeos chorras en Youtube.
  • Cambia de cliente cuanto antes porque el cambiará de proveedor cuando menos te lo esperes.
  • Contacta con otros clientes-empleadores o mejor aún distribuye tu mismo tus productos. Móntatelo por tu cuenta.
  • Demuestra lo que vales en lugar de buzonear CV-folleto a posibles clientes.

Ah, y la próxima vez que se te rompa una bolsa en el super ya puedes imaginar por donde van los tiros.





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