La Carrera Profesional (ya) no existe

A lo largo de toda mi vida he estado oyendo hablar de la Carrera Profesional. Que si planes de carrera, que si ¡Vaya carrerón!,…
Supongo que una metáfora es útil cuando tratamos de crear una imagen que nos ayude a entender algo que no podemos tocar. Pero a veces las metáforas las carga el diablo y acabamos convirtiéndonos en sus exclavos. Eso es lo que sucede cuando comparamos la vida profesional con una carrera. Vamos por partes. Una carrera es:

  1. Algo lineal. Muchas veces se reduce a correr en círculos.
  2. Para participar en las mejores solo se necesita ser más rápido, más resistente o tener más suerte.
  3. Hay unas reglas muy rígidas que te mantienen en el carril correspondiente. No te puedes salir.
  4. Hay ganadores y perdedores.
  5. Para ser uno de los mejores debes dedicar mucho tiempo a desarrollar una única fortaleza.

Creo que eso es lo que ha sido (y sigue siendo) nuestra «carrera profesional». Además, en esas carreras hay un exceso de participantes. Por eso creo que hay que encontrar nuevas metáforas que describan la nueva situación. Debería ser algo…

…no lineal
…impredecible
…con múltiples riesgos y también oportunidades
…con posibilidad de establecer relaciones de colaboración
…en lo que se pueda aprender a cada paso
…donde puedas cambiar tu papel, tu rol en función de tus deseos o circunstancias

Quizás lo más parecido que se me ocurre es un videojuego. Un juego de rol, una aventura gráfica. Pero debería ser online para poder establecer relaciones y competiciones. Y también para empezar a jugar o dejar de hacerlo cuando te apetezca, no cuando alguien dispare una pistola. Creo que mi «carrera» está más cerca de Lara Croft que de Carl Lewis.


Creo que debemos empezar a crear nuestras propias metáforas, nuestro propio vocabulario. De otro modo seguiremos siendo exclavos de las palabras de otros. Y ya sabemos que el lenguaje es lo que define nuestra visión de la vida, la personal y la profesional.

No somos corredores anónimos con un número en un dorsal. Somos profesionales con Marca Personal y debemos ir construyendo nuestro personaje en función de nuestras fortalezas, nuestros deseos y nuestros objetivos. Debemos ser nosotros los que decidamos el camino y no seguir el que otros han fijado.

Debemos escribir nuestra propia historia y no repetir el guión que otros decidieron hace mucho tiempo.





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