Premio Marca Personal 2007: Juan Tamariz

Hace unos días hablaba de la relación de la Marca Personal con el ilusionismo. Explicaba como el branding trata de conseguir que un producto ordinario sea percibido como algo mágico o especial. Un prestidigitador consigue que una carta, una bolita o una moneda te atraigan y te enganchen.

Pues bien, este año me alegra especialmente el ganador del Premio Marca Personal 2007 que habéis votado: Juan Tamariz.

En su momento, me pareció interesante la propuesta porque Tamariz reunía todas las características de Marca Personal. Pero no es ni un deportista, ni un político, ni un famosillo, ni siquiera se prodiga demasiado en los medios.

Creo que Tamariz, como la gaseosa La Casera o la Abeja Maya, es una marca muy generacional. Los que rondamos los cuarenta lo adoramos, pero no creo que sea apenas conocido por los más jóvenes.


Como Marca Personal podría hacer el siguiente análisis:

Competencia: Tamariz es uno de los mejores magos del mundo. Eso no es algo que diga yo, sino que está demostrado. Cualquier libro de magia lo sitúa como uno de los maestros a nivel internacional.
Atributos: Sencillez, cercanía, sentido del humor, inteligencia, agilidad, autenticidad, confianza, la lista sería interminable. Yo no soy especialmente aficionado a la magia, de hecho suele aburrirme, pero con Tamariz, eso no ocurre. Él siempre aporta un «valor añadido» que convierte algo rutinario y visto mil veces en algo, ¿mágico?
Recursos: Frente a la parafernalia, el lujo y los excesos de otros magos, Tamariz utiliza lo que tiene a mano, pero sobre todo usa un recurso que le sobra, el talento y convierte algo complicado en sorprendentemente sencillo. Eso solo se consigue con mucho, mucho trabajo, práctica y persistencia.
Aspecto: Su voz característica, su sombrero, sus gestos,… De nuevo vemos que los poseedores de las Marcas Personales más fuertes no son precisamente los más atractivos o mejor vestidos. La imagen es solo un reflejo de lo que hay dentro. Quizás pensaréis que uno no puede ir como quiere a «la oficina» y ahí está el problema. Cuando el aspecto deja de ser un elemento diferenciador y se convierte en algo uniformizador y deshumanizante, tenemos un problema. Está claro que nuestro premiado no lo tiene.
Emoción: No se como lo hace, pero Tamariz engancha, lo llegas a querer en cuanto lo conoces. Es tan divertido y cercano en directo (os lo aseguro) como en la tele. Vas a ver su trabajo, pero también vas a ver a la persona.
Consistencia: Años, décadas lleva Tamariz actuando. Yo creo que no envejece. Sin embargo, se produce una aparente contradicción, con él nunca te llevas sorpresas aunque siempre te sorprende, quizás esa sea la clave.
Notoriedad: Como decía antes, muchos hemos crecido viendo a Tamariz en la tele. Siempre ha estado ahí y ha conseguido ocupar un lugar de honor en nuestra mente. Lo ha conseguido creando una experiencia en cada una de sus apariciones. Creo que muy poca gente podría decir lo mismo.

Pues lo dicho, me alegra especialmente este premio que habéis otorgado y este año intentaré localizarle porque me hace especial ilusión.

Por cierto, la votación de los cinco finalistas ha quedado así:

Juan Tamariz. 122 Votos
Rafa Nadal. 42 Votos
Al Gore. 28 Votos
Manuel Pizarro. 24 Votos
Nicolas Sarkozy. 22 Votos





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