Fama y la guerra atómica.

A principios de los 80 la guerra fría daba sus últimos coletazos. Recuerdo aquellos años con la sensación de que en cualquier momento nos íbamos todos a la mierda. Unas maniobras militares en Alemania, un proyecto de defensa espacial, una guerra por unas islas argentinas (Ni inglesas, ni argentinas, Malvinas Alicantinas) o un sindicalista rebelde en Polonia, eran razones suficientes para ponernos al borde de la guerra nuclear. El reloj del juicio final estaba siempre a punto de dar las campanadas.

Para olvidar, en la tele (no hacía falta mando a distancia porque solo había una) nos ponían series como Fama. No eran cuentos de éxito como los de Disney, sino de gente normal con vidas tan cutres como las de cualquiera. Nos contaban historias de talento, de lucha, de persistencia. Pero también hablaban de fracaso y de que la vida no es justa.


Estas últimas semanas, en los talleres y seminarios de Personal Branding, he tenido una sensación de Deja vu pero a otra escala. He visto dos grandes bloques enfrentados en una guerra que no puede tener ganadores.

Por un lado he visto, una vez más, que muchos directivos de empresas piensan que el Personal Branding es una especie de arma nuclear de nueva generación que puede acabar con la vida en «su mundo». Creen que es mejor seguir poniendo barreras y frenando la creatividad y la información. Aunque todos vivamos al borde del infarto.

Por otro lado he visto como la gente, el pueblo, los ciudadanos, se han acostumbrado a esta filosofía. Han conseguido lo mismo que la URSS y los EEUU hace treinta años, asustarnos. Es preocupante ver como jóvenes que no llegan a los veinticinco, están dominados por el miedo, por el temor al fracaso. ¡¡¡Por el amor de Dios!!!, si no intentais cambiar las cosas ahora ¿Cuando lo vais a hacer?
Me llamó la atención, en el acto de CEU, que eramos los más mayores (ponentes y asistentes), los de más de cuarenta los que empujábamos a estos chicos. Posiblemente porque sabemos lo que es vivir con miedo.

Construir una Marca Personal requiere tiempo, paciencia, trabajo, persistencia y lo mejor de todo es que eso solo es el primer paso, nadie te asegura que lo consigas a la primera. Pero en el camino aprendes, mejoras y te enriqueces.
El Personal Branding no es para pusilánimes, para débiles o para quienes quieran que se lo den todo hecho. Posiblemente esté muy influido por La Señorita Grant (Fama)


«Buscais la fama, pero la fama cuesta, y aquí es donde vais a empezar a pagar,… CON SUDOR.»

Pero es que es así.

Si quieres algo sencillo, rápido, cómodo, que te haga feliz por un rato y que no te sirva para nada, hay otras cosas, pero olvídate del Personal Branding.

Ninguna Marca Personal se ha construido gratis, todas han pagado un precio, incluso su vida. En este mundo de buenismo y de buen rollo, el Personal Branding es una mosca cojonera para muchos. Y precisamente por eso debe seguir adelante.
¿Es que va a ser más dificil luchar por la independencia personal que por la de un país o contra el apartheid?

Si algún día tuviese que abandonar este proyecto no sería por una cuestión financiera, material o de recursos económicos. Sería porque no habría sido capaz de encontrar gente que quiera poner su granito de arena para mejorar el mundo y a si mismos, en una especie de «Construcción» Mutua Asegurada en la que todos ganaríamos.





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