Tocando los huevos al sistema

En bastantes ocasiones he dicho que me considero ideologicamente liberal y que rechazo cualquier sistema que tienda a poner controles o a decidir sobre los ciudadanos.
Estoy convencido de que nuestros actos son consecuencia de nuestras creencias, valores y pensamientos, por eso es inevitable que haya «parido» (con ayuda) un concepto liberal en estado puro como es la Marca Personal. Si mi forma de pensar o mi historia personal hubiese sido diferente quizá me habría salido algo así como Marca Popular o Marca Camarada.

Porque a diferencia de otros modelos de gestión neutrales (¿son realmente neutrales la reingeniería de procesos, la RSC, la Calidad Total?), este tiene una base ideológica.
Yo no trato de edulcorarlo para poder venderlo a todo el mundo. No tengo interés en que «me lo compre» una empresa que no cree en sus profesionales. Una de esas en la que los directivos se parten de risa cada vez que oyen eso de «los empleados son el principal activo de nuestra compañía».

Posiblemente con esto, tal y como están las cosas, reduzca mucho, muchísimo, mi mercado, pero no me sentiría bien «maquillando» mi modelo para que algunos directivos rancios y retrógrados puedan presumir de dejar entrar algo de aire fresco y al poco tiempo volver a las andadas.

Se que esto que voy a decir no está bien visto. También se que algunos, a pesar de disfrutar de sus ventajas, lo considerarán una aberración y me tacharán de su lista. Pero considero que el capitalismo es un buen modelo. Un modelo muy superior a la mayoría de los que algunos visionarios han tratado de imponer con consecuencias desastrosas y que todavía podemos ver. Y eso por no hablar de los fundamentalismos religiosos que poco a poco van avanzando y que anulan a la persona (o la desintegran con un cinturón de explosivos).


Pero el capitalismo empieza a fallar cuando, igual que un virus, va mutando hasta parecerse poco a poco a los sistemas con los que compite. Cuando la libertad individual o de elección se va viendo limitada por la existencia de monopolios reales o de exceso de oferta de profesionales, poco a poco va pareciéndose al modelo socialista o comunista.

Por eso creo que hay que luchar contra las tentaciones de las grandes corporaciones y estados que pretenden imponer su voluntad a los ciudadanos. Hay que transformar el sistema dentro del sistema. Aunque sea español no soy torero y no creo que haya que matar al toro de Wall Street, simplemente hay que tocarle los cojones de vez en cuando.

Y la mejor forma de conseguirlo es volviendo a los orígenes, ayudando a las personas a elegir, proporcionándoles herramientas para que sean capaces de tomar sus propias decisiones, consiguiendo que con medios humildes pero potentes puedan vencer a gigantes.

Esto también es Marca Personal y no quiero engañar a nadie. Espero que, teniendo claro este tema, cada uno tome libremente sus propias decisiones. Como debe ser.





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