La ley del Permiso: Porque tu lo vales

Ayer comentaba que en el libro de Susan Hodgkinson, The leader’s edge, uno de los capítulos trataba sobre un aspecto que ella denomina Permiso.
La experiencia me dice que en nuestro país no es facil de aplicar este concepto, pero «en la intimidad» todos reconocemos que es real.

Permiso implica que estás convencido de que eres tan bueno, o mejor, que cualquiera de los que te rodean, que tienes tanto que ofrecer o más, y que estás completamente preparado para realizar tu trabajo. Los demás pueden creer en ti, y probablemente lo hacen y eso es muy valioso. Pero lo realmente importante es que creas en ti mismo, que te des permiso para creer que tienes derecho a conseguir lo que quieres.
Por supuesto, lo primero es hacer bien tu trabajo y ser responsable de tus resultados. Sin embargo, en un entorno profesional, un resultado óptimo solo tendrá impacto si consigues hacerlo valer.

Sentirse orgulloso de quién eres, del valor que aportas y darlo a conocer (tus logros y resultados) son algunas de las opciones que tienes para empezar a construir tu marca. Todos estos son componentes del Permiso.


El primer nombre en tu inventario de recursos para la creación de tu marca debe ser el tuyo. Y eso es indiscutible. Ser un constructor de tu marca significa que crees en ti mismo, confias en tomar decisiones correctas, te recuperas de tus fallos y equivocaciones y eres responsable de luchar por lo que quieres y trabajar con rigor y disciplina para conseguir tus objetivos.

La principal diferencia entre los que aplican la ley del permiso y los que no, es que los primeros toman la iniciativa y dan lo mejor de ellos mismos y en consecuencia es más probable que consigan los resultados que buscan.


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