Caso 1: La Recepción

A diferencia del «Coaching», los «Assessment Centers», los sistemas de evaluación por competencias y demás métodos de RRHH, el Proyecto Marca Propia es aplicable a todos los niveles de la organización.
Un caso claro y posiblemente el de más bajo nivel en el organigrama es el de la persona de recepción. Normalmente es la voz y la primera imagen de la empresa. Sin embargo, se la considera como un elemento de perfil bajo y perfectamente sustituible.
La filosofía de la Marca Personal es que todos tenemos capacidades profesionales ocultas que la empresa no sabe o no quiere sacar partido de ellas. He tenido la suerte de conocer a muchas personas que han ocupado esa posición y puedo decir que en todos los casos, la calidad humana de todas esas personas era excelente y el rendimiento potencial era bastante superior al que estaban dando.
Sin embargo, esas personas eran invisibles para la mayor parte de la organización y su retribución salarial muy escasa. Pero esas personas son las que ofrecen la primera impresión a cualquiera que accede a la empresa, ya sean clientes, proveedores, candidatos o el presidente del gobierno que va a inaugurar unas instalaciones.
La diferencia entre encontrar a una persona que secamente te indica que te sientes mientras localiza a la persona que viene a visitar u otra que te recibe con una sonrisa sincera, te ofrece un café o te toma amablemente el recado si llamas por teléfono puede marcar el límite del éxito o el fracaso en muchos negocios.
Hoy en día, cuando la diferencia en la mayoría de las empresas es el servicio y no las especificaciones de unos productos casi identicos, el factor humano adquiere una importancia crucial. Estas personas contribuyen para bien o para mal a la imagen de marca de la compañía.
Esto conecta con una de las objeciones que a veces recibe el concepto Marca Propia. Y es ¿realmente a las empresas les interesa fomentar la marca propia entre sus empleados? Pues la respuesta es evidente, DEFINITIVAMENTE SI.
Una persona en Recepción que se considere como su propia empresa YO, S.A. y entienda que su trabajo es satisfacer necesidades de sus clientes: visitas, jefes, compañeros… para desarrollar su propia imagen de marca poderosa será más eficaz que aquella que se vea como un «empleado» sustituible y sin importancia.
¿Se corre el riesgo de que esa persona acepte otra oferta mejor y se vaya? Por supuesto que si, pero si eso ocurre es porque su trabajo merece realmente la pena. ¿Y no es eso beneficioso para la compañia en la que se encuentra?¿Cuanto supone una mejora salarial o de otro tipo a esa persona frente al valor de imagen de marca que consigue para su propia compañía? Desde luego no hay comparación.
Por eso, aquellas empresas que recelan de la utilización del concepto de Marca Personal para sus empleados me parece que están enfermas o anquilosadas en métodos de gestión que fueron útiles hace décadas, pero no en el SXXI.



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