Suspenso en matemáticas

Hace ya muchos años que no me dedico a resolver problemas de matemáticas pero parece que muchos gestores (públicos y privados) en este país no lo hayan hecho nunca. Si no recuerdo mal, un quebrado constaba de dos partes, el numerador y el denominador. Cuanto mayor es el numerador, mayor es el resultado del cociente y cuanto mayor es el denominador, menor es el resultado. Pues bien, cuando nuestros dirigentes se dedican a estudiar soluciones a la falta de competitividad o productividad solo se fijan en uno de los elementos, los costes, el denominador de esta ecuación.

Parece que la eficiencia de las personas, la motivación, la creatividad, la capacidad, en definitiva, el numerador, no cuenta. Tratar de ajustar esa variable supone trabajar por las personas, sacar lo mejor de ellas, fomentar la inventiva y la asunción de riesgos. En este momento contamos con la generación de profesionales mejor preparada de la historia y la estamos desperdiciando por la miopía de una casta de dirigentes con mentalidad de la Revolución Industrial.


Hoy existe un temor a que las economías emergentes de Asia perjudiquen a nuestras empresas por sus costes reducidos (denominador). Toda la obsesión es reducir los costes de nuestros profesionales aun sabiendo que nunca llegarán a ser como los de las empresas orientales. ¿Cuando se darán cuenta de que la solución del problema está en el numerador?





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